INNOVEMOS ALGO ¡YA!
MARÍA EUGENIA GONZÁLEZ PEREYRA
El triángulo
Viernes 18 de Octubre de 2024 1:18 pm
Existe un triángulo no amoroso fuente de numerosos
conflictos. Es tan común en nuestra cultura que rara vez lo distinguimos, como
el aire que respiramos. Me refiero al triángulo dramático de Karpman, una
teoría que describe las cadenas invisibles que atrapan a tres tipos de
actitudes en un ciclo sin fin. Este triángulo nos permite analizar los conflictos
interpersonales más comunes, nacidos de procesos psicológicos internos que, sin
darnos cuenta, nos colocan en uno de tres roles: el perseguidor, el salvador y
la víctima. Es como una obra de teatro donde cada actor necesita de los otros
para mantener su papel. El perpetrador hiere, la víctima sufre, y el salvador lucha
contra el perpetrador. Lo fascinante es que todos se necesitan mutuamente para
preservar su identidad, como piezas de un rompecabezas disfuncional. Para no quedar atrapados en este baile dramático, es
crucial conocer nuestro sentir, fortalecer nuestra inteligencia emocional y
respetar la historia de los demás. Imagina que te enteras de algo que lastima a
alguien. Te enojas sin ser la involucrada y te crees la salvadora. ¡Sorpresa!
Te has convertido en el tercer vértice del triángulo, sin poder ayudar
realmente. ¿Por qué sucede esto? Porque cuando nos metemos en
historias ajenas sin ser invitados, ni ayudamos ni sumamos. A veces, respetar
los procesos de cada persona y guardar silencio es más valioso que cualquier
interferencia bienintencionada. La mejor forma de salir de este triángulo es ser
conscientes de que estamos en él. La terapia es como una barca que nos lleva a
tierra firme, lejos de estas aguas turbulentas. Así, podremos relacionarnos de
forma más saludable con nuestros seres queridos, nuestro grupo y la vida misma. Innovemos algo ¡ya! Aprendamos a vivir desde una
emocionalidad adulta, responsable y respetuosa. Busquemos rodearnos de personas
que nos permitan tener relaciones más sanas, claras y serenas. La vida no tiene
que ser un drama en tres actos, puede ser una sinfonía armoniosa donde cada uno
toca su parte respetando la melodía de los demás. Terapia presencial y online, con la autora de esta columna.
