RAZONES
JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Sinaloa, Chiapas, el derrumbe
Martes 22 de Octubre de 2024 7:57 am
La Fiscalía General de la República (FGR) le da la razón a
El Mayo: Héctor Melesio Cuén fue asesinado donde el jefe del Cártel de Sinaloa
habría sido citado y, según su declaración, fue secuestrado y llevado a EUA.
Según la FGR, encontró manchas hemáticas en ese rancho en las afueras de
Culiacán que pertenecían al ex rector de la Universidad de Sinaloa y diputado
federal electo. El amigo cercanísimo del Mayo, cuya muerte fue simulada por la
Fiscalía de Justicia del estado, era parte de un acto de complicidad de la
Fiscalía con los grupos criminales. No se sabe mucho de la investigación porque EUA no le ha
informado nada al gobierno mexicano. Los medios han dejado trascender que fue
un operativo de un equipo élite, pero lo cierto es que, sin conocer detalles,
esa operación se convirtió no sólo en un enorme triunfo para ellos, también en
un operativo que desmontó desde las complicidades hasta los grados de
empoderamiento criminal en el país. Cuando se argumenta que ese operativo provocó la violencia
en un estado “que estaba tranquilo”, se olvida que en Sinaloa había más de 500
asesinatos al año y que hace 5 años vimos cómo, con el culiacanazo, los grupos
criminales tomaron el control. El 19 de agosto pasado, escribíamos aquí que en expedientes
de inteligencia federal se cuenta que en diciembre de 2022, poco antes de la detención
de Ovidio Guzmán, varios funcionarios del estado tuvieron una gira de trabajo
en la sindicatura de Jesús María, a unos 60 kilómetros de Culiacán, donde
repartieron bicicletas y juguetes a los niños de la zona, en un bazar con tres
grandes carpas donadas por la señora Griselda López, madre de Ovidio y Joaquín
Guzmán. Al terminar el evento, participantes y otras 20 personas
fueron invitadas por Griselda a degustar barbacoa y cabrito en la misma finca
donde fue detenido Ovidio. Ese día quedaron marcados muchos destinos que la
caída del Mayo y Joaquín dejó exhibidos. Y que las nuevas autoridades federales
de seguridad y militares conocen.
Sin duda, la investigación de la FGR debe dar respuestas y
certidumbres. El problema es que la información central no la tiene ni la
Fiscalía ni el Gobierno federal, está en EUA y será desde allá donde se
administrará. No es casualidad que las próximas comparecencias de Ovidio,
Joaquín y El Mayo sean en enero, a pocos días de que asuman las nuevas
autoridades en la Casa Blanca. Ellas decidirán qué curso tomar.