ENTRE JARDINES Y GLORIETAS
MARIO ALAVEZ*
Una buena señal
Lunes 04 de Noviembre de 2024 8:15 am
Habrá que desmenuzar el presupuesto con calma, pero ver un
incremento de más de 140 por ciento en el gasto solicitado para obras puede ser
un gran comienzo para destrabar un punto que le duele al estado: la inversión
productiva. Se puede pensar que el gasto social está justificado, y que
los programas de asistencia deben ser el corazón de cualquier gobierno, pero no
es así. Y no es mala voluntad, simplemente se necesita generar economía para
recaudar impuestos, que es de donde sale el dinero para esos programas. Si se incrementa el gasto productivo en la cartera del
Estado, se generan empleos directos e indirectos, se genera economía a través
de las empresas que ganan las licitaciones y, por ende, deben pagar impuestos. Este ciclo es el ideal, porque se genera algo que se llama
el efecto multiplicador del dinero. Olvidemos por un momento la tan criticada
teoría del goteo, y pensemos, por ejemplo, en que si fluye más dinero legal,
prácticamente todos los productos que consumimos tienen IVA y aparte hay que pagar
dinero sobre las ganancias, conocido como el ISR. Esos dos impuestos
representan prácticamente dos terceras partes de lo que recauda el país, y
también es justamente el Gobierno Federal el que aporta más dinero al estado. Si hay más dinero en obras, habrá también mejoras en los
tan conflictivos accesos al puerto. Si mejora este tema en el corto o mediano
plazo, habrá un crecimiento de las aportaciones que hace el Gobierno del Estado
a las arcas nacionales a través de las aduanas. Lo que faltará será que los legisladores de Colima puedan
empujar un cambio en la proporción que le regresa el Gobierno Federal a Colima
en proporción con lo que aporta Manzanillo. Es justo, necesario y urgente que desde la Secretaría de
Hacienda Federal, el titular de la dependencia, Rogelio Ramírez de la O,
arrastre el lápiz y se dé cuenta que Colima manda muchísimo dinero, a través de
Manzanillo, y muy poco recibe de vuelta. El Gobierno del Estado se está poniendo las pilas, y
destina más recursos a las obras que tanto hacen falta en la entidad. Faltará que la implementación del gasto sea el adecuado y
se lleve en tiempo y forma, y sobre todo, que se vigile con lupa para evitar
actos de corrupción. Pero el camino está trazado y ahora la dirección a la que
tenemos que voltear es Moneda #1, donde el secretario de Hacienda deberá hacer
un acto de justicia para empujar a Colima al lugar que le corresponde, y sobre
todo, que reciba los recursos que le tocan, no por capricho, sino por lo que
aporta en dinero contante y sonante.
*Director de Diario de Colima