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Haciendo honor a su destino



ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA


Martes 05 de Noviembre de 2024 8:09 am


No es que sea reciente la inseguridad en nuestro estado, pero lo que sí es verdad es el incremento de muertes y no precisamente naturales. Por más que el Gobierno, a través de sus instancias respectivas, quiera maquillar las cifras, éstas salen a la luz, de tal manera que, en cálculos generales, en nuestro estado asesinan un promedio de 5 o 6 personas por día.

No se puede tapar el sol con un dedo, pero da la impresión de que, en el momento en que se realizaron los relevos en los ayuntamientos de cada municipio de nuestro estado, los asesinatos de personas se incrementaron; ¿coincidencia o negligencia?, juzgue usted. Lo que también es obvio es que la libertad con la que campean todo el estado los sicarios, sin que ninguna autoridad los frene, hacen honor al libro del famoso escritor, Edmundo Valadés, La muerte tiene permiso.

Desde el enfrentamiento de Puerta de Ánzar, donde murieron todos los supuestos “delincuentes” y los policías salieron ilesos, se cuestiona si realmente son enfrentamientos o se le puede calificar como masacres, dadas sus particulares características; de ahí que en los medios y en “radio pasillo” se manejen muchas versiones, y una muy fuerte es que esa es la consigna: acabar con los “malos”.

Desafortunadamente, a río revuelto, las mujeres están siendo asesinadas y la Fiscalía General del Estado de Colima les sigue dando el mismo estatus de homicidios dolosos, violando totalmente el protocolo de feminicidios, que es claro al consignar que toda muerte de una mujer se debe investigar como feminicidio. De nuevo: ¿ignorancia o negligencia? Yo creo que ambas.

El reciente asesinato de la periodista Patricia Ramírez, mejor conocida como Paty Bunbury, deja en evidencia la incapacidad de las autoridades para otorgarle al hecho el verdadero sentido de su muerte. En primer lugar, llama la atención la prontitud con que la Fiscalía le abre carpeta de investigación, pero no como feminicidio pues, dicho sea de paso, la diferencia entre el número de asesinatos de mujeres y los tipificados por la Fiscalía como feminicidios es abismal.

En segundo lugar, la inmediatez con que se le revictimiza, responsabilizándola de su propia muerte, por supuestos actos “ilícitos” de su hermana y cuñado.

Esto solo pone aún más en evidencia que, cuando se trata de un asesinato de alguien más o menos conocido, o que las raciones sociales o gremiales pueden surgir de inmediato, hay que allanar el camino donde las dependencias responsables salgan lo menos raspadas posible. Todavía no se dan cuenta de la madurez política de la ciudadanía, que ya no nos tragamos las falsedades; las masticamos, analizamos y las escupimos tal cual.

Este pasado Día de Muertos sí se hizo honor a su conmemoración. Sin más pudor, la muerte rondó los rincones llevándose a varias personas. Manzanillo se está coronando con el primero lugar, ya que solo el fin de semana reportaron seis asesinatos, entre ellos un menor, una mujer y otra lesionada. Que sigan mintiendo las autoridades; nosotros, la ciudadanía, tenemos otros datos.