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INDICADOR POLÍTICO



CARLOS RAMÍREZ

Con EUA, soberanía limitada en migración


Miércoles 06 de Noviembre de 2024 8:41 am


A pesar de una vecindad inevitable por relaciones fronterizas territoriales, México y EUA han carecido de una verdadera política exterior como la que Washington tiene con Canadá. El punto conflictivo ha radicado lo obvio: el modelo de desarrollo mexicano ha sido dependiente del estadounidense y perdió la oportunidad planteada por el Tratado de Comercio Libre.

La clave del tratado no estuvo en la liberalización arancelaria ni en la apertura de fronteras comerciales, sino en que el presidente Carlos Salinas de Gortari y su secretario de Comercio solo pensaron en un aumento de las exportaciones mexicanas de productos primarios para aumentar el ingreso de divisas y en la libre importación de productos que provocaron un lamentable proceso de desindustrialización.

En este contexto, es irrelevante quién vaya a ganar las elecciones presidenciales, en tanto que tampoco EUA tiene claro un proceso de integración comercial real que le permita a México elevar su nivel de desarrollo y generar condiciones de bienestar que disminuyan el flujo de migrantes mexicanos que carecen de empleo o que se dedican actividades delictivas.

Lo que dejaron claro las campañas presidenciales de México y EUA fue la ausencia de un verdadero mercado económico norteamericano. Como presidente y después como candidato a una segunda presidencia, Trump ve a México como un problema de inseguridad, desempleo, corrupción y narcotráfico, y las amenazas arancelarias que exigen acciones de seguridad interna de México para frenar la migración y reprimir el narcotráfico en nada contribuyen al enfoque de la integración comercial.

Después de 30 años de tratado, México multiplicó por 10 su comercio exterior con EUA, pero en resultados de bienestar y desarrollo se mantuvo estancado y con acumulación de marginaciones y pobrezas: el PIB promedio anual en ese período fue de 2 por ciento, en tanto que la base trabajadora mantuvo el nivel de 55 por ciento en la informalidad, lo que quiere decir que el modelo de mercado México-EUA no sirvió para una modernización de la planta productiva ni para elevar las condiciones de bienestar de los mexicanos.

Los próximos 4 años en las relaciones bilaterales no dependerán de los exabruptos coyunturales de los gobernantes americanos ni de las resistencias mexicanas, sino de la acumulación progresiva de conflictos porque México carece de un proyecto de desarrollo para generar empleo y bienestar.

Política para dummies: la política no alcanza para un desarrollo con bienestar.