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HORACIO ARCHUNDIA

Gestiones para el futuro


Martes 03 de Diciembre de 2024 8:15 am


AL finalizar el sexenio de la gobernadora del estado, Indira Vizcaíno, las grandes obras de infraestructura que beneficiarán a Colima por muchas décadas futuras estarán en proceso; de manera que no será ella quien las vea concluidas, a pesar de sus esforzadas gestiones. Corresponderá al próximo gobernador, del sexo que sea, ponerlas en servicio.

La ampliación de la autopista desde Tonila hasta Manzanillo quedará posiblemente concluida en 2028. Esto si alguna demora, cosa natural en las obras públicas, no la entretiene más. La ampliación del puerto Cuyutlán se dará en iguales circunstancias y estará en franco desarrollo realmente hasta 2035 o más allá.

Es decir, la infraestructura que generará decenas de miles de empleos en la próxima década, gestionada, solicitada, proyectada y comenzada durante el mandato de la actual gobernadora, aparecerá como mérito de futuros gobernantes. Sin embargo, demostrando su nivel de estadista y de gobernante visionaria, a la titular del Poder Ejecutivo estatal evidentemente no le importan esas circunstancias.

Empeñada en impulsar la verdadera transformación de la economía regional, la gobernadora persiste en su afán de conseguir recursos para generar empleo y fomentar la economía regional, buscando más obras para Colima. Al término de su mandato, dentro de 3 años, Indira Vizcaíno podrá decir, viendo esas magnas obras terminadas: “esto lo gestioné yo”, aunque a la rabona oposición le pese y aunque a sus detractoras demenciales les cueste aceptarlo.

Y a propósito, nos viene a la mente una anécdota de la maestra Griselda Álvarez, quien, en sus memorias recuerda que, cuando ya era exgobernadora, fue invitada a la inauguración de la autopista actual, de Colima a Manzanillo, gestionada por ella en su período como mandataria. Dijo que, en el acto inaugural, por respeto al entonces gobernador, Elías Zamora Verduzco, se mantuvo “fuera de foco”, es decir, a distancia de las autoridades que cortarían el listón, cerca de Los Asmoles. Y que, en el momento de hablar, el gobernador Elías Zamora, tuvo un gesto que la cimbró en el alma y le puso “el cuero de gallina”. En su alocución, Elías Zamora dijo más o menos lo siguiente: “no quiero aparecer aquí como autor de una idea ajena, ni apropiarme el mérito de quien consiguió los recursos, encabezó el proyecto y dirigió y supervisó la obra hasta el final. Me refiero a la maestra Griselda, de quien es el mérito de esta obra”.

Acto seguido, la pasó al frente y le dio las tijeras con las que, entre varios, cortaron el listón.

Honor a quien honor merece, pues.

Esperemos que cuando la autopista que atraviesa el Estado sea de seis carriles, el puerto Cuyutlán funcione enteramente y las obras complementarias gestionadas por Indira Vizcaíno se inauguren, el gobernador en turno reconozca el legado de la mandataria actual. Porque las mentadas de madre y el enojo que provocan las obras públicas durante su desarrollo, se los están dirigiendo a ella.

Ya tuvo la gobernadora el gusto de inaugurar dos obras de gran trascendencia: el segundo acceso al puerto, que a futuro será de gran utilidad, aunque ahora no alcancen a dimensionarlo los que desconocen el rumbo que lleva el puerto, y el Acueducto Armería-Manzanillo, que garantizará el agua hasta por medio siglo para la mayoría de los habitantes del municipio de Manzanillo.

De la obra social podemos decir mucho, en otra entrega.

Por hoy, buen día.