INNOVEMOS ALGO ¡YA!
MARÍA EUGENIA GONZÁLEZ PEREYRA
Estrella guía
Viernes 20 de Diciembre de 2024 8:38 am
EN estos días, donde el aire se llena de luces navideñas y
el espíritu festivo intenta abrazarnos, muchos corazones cargan silencios y
ausencias. Los espacios vacíos en la mesa familiar parecen más profundos
durante estas fechas, cuando los recuerdos danzan entre guirnaldas y
villancicos. Pero, ¿y si la Navidad nos trajera el regalo de una nueva
perspectiva sobre nuestras pérdidas? Así como hace más de 2 mil años una
estrella guio a los viajeros hacia un humilde pesebre donde nació la esperanza,
quizás estas fechas nos invitan a transformar nuestros duelos en una luz
renovada en y por amor. Cada vez que encendemos el arbolito de navidad, podemos
imaginar que cada lucecita es el amor de quienes han partido a nueva vida y
ahora brillan en lo eterno, irradiando ese amor que todo lo contiene. Ya no
están físicamente para envolver regalos o preparar la cena familiar, pero su
esencia puede transformarse en esa luz eterna que ilumina nuestro camino hacia
la paz interior. La Navidad, en su más pura esencia, nos habla de
nacimientos milagrosos. ¿Por qué no permitir que nazca en nosotros una nueva
forma de amar a quienes trascendieron? Un amor libre de ataduras terrenales,
puro como la primera nevada, inocente como los ojos de un niño frente al
pesebre. Soltar no significa olvidar; significa permitir que el amor
se transforme, que evolucione hacia algo más luminoso y eterno. Así como el
niño Jesús trajo una nueva esperanza al mundo, podemos permitir que nazca en
nuestro interior una nueva manera de honrar a quienes amamos. La magia navideña nos recuerda que incluso en la noche más
oscura, una estrella puede guiarnos hacia el milagro. Ese milagro hoy puede ser
la capacidad de transformar nuestro duelo en una luz que nos permita avanzar,
crear nuevos recuerdos y abrir el corazón a la alegría sin culpa. Innovemos algo ¡ya! Démosle a nuestro amor la libertad de
brillar como las estrellas en el cielo, permitiendo que quienes partieron sean
luz pura que ilumine nuestro camino, no anclas que nos aten al pasado, porque
en la inocencia de la Navidad, todo amor puede renacer en su forma más pura y
eterna. Terapia presencial y online, con la autora de esta columna.