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Mandamientos del fascismo



DAVID VILLARREAL ADALID


Viernes 20 de Diciembre de 2024 8:37 am


LA historia tiende a repetirse, y pareciera que estamos en un nuevo ciclo donde los ecos del autoritarismo y el radicalismo resuenan con fuerza en la esfera política mundial. Hace menos de un siglo, el mundo observaba con atención el florecimiento de la corriente fascista y su principal promotor, Benito Mussolini, quien a través de una sólida baraja de estrategias manipuló, intimidó y logró consolidar la Italia fascista.

Hoy, en una era que prometía progreso y democracia, han surgido figuras como Giorgia Meloni, Javier Milei, Donald Trump, Nayib Bukele y Benjamín Netanyahu, personajes que a través de sus discursos y políticas nos transportan a ese amargo episodio de la humanidad. Por tanto, análogamente con los principios del Duce, describiré lo que la realidad de la coyuntura política nos presenta.

1. La democracia liberal no ofrece respuestas, por lo que ellos son sus únicos salvadores. Giorgia Meloni ha hablado de la “decadencia globalista”, que destruye la identidad nacional y cultural. Javier Milei, por otro lado, habla de su desprecio al Estado, al que considera una estructura corrupta destinada a ser demolida.

2. Humilla a tu oponente. Para el Duce, había que destacar la debilidad de sus adversarios. Milei y Trump han ridiculizado constantemente a sus oponentes, al calificarlos de mediocres, corruptos o “wokes”. Por tanto, la fortaleza de estos líderes no radica en sus propuestas, sino en su capacidad de deslegitimar al adversario.

3. Proyección de poder sostenida en la coordinación. Cuando Mussolini orquestó la Marcha sobre Roma, lo hizo con una demostración de su brazo armado. Hoy, son las redes sociales los frentes donde estos nuevos caudillos coordinan sus ataques y proyectan un poder que no siempre corresponde a la realidad.

4. La razón paraliza y la voluntad moviliza. Los grandes movimientos guardan sus cimientos en las emociones y no sobre la racionalidad. El populismo contemporáneo apela al miedo, a la rabia y al orgullo nacional para movilizar masas.

5. Hay que actuar con inmediatez para mantener vivo el movimiento. La velocidad es clave. Bukele en el Salvador consolidó su poder, desorientando a la oposición; Donald Trump inundó el discurso público con polémica que asfixiaba el debate y la reflexión.

6. Manipula, moviliza, impresiona, infunde miedo. El miedo es poderoso y Mussolini lo empleó para mantener a raya a sus adversarios y consolidar su proyecto de nación. En la actualidad, Meloni y Milei recurren al discurso de la “inmigración masiva”, como una amenaza existencial, tras teorías erróneas como el “gran reemplazo”.

7. Una minoría con convicción se hace del poder. El Duce refrendaba que no se necesita una mayoría para conquistar el poder, sino la acción decidida. La clave está en mantener una narrativa constante, divisoria y que toque fibras sensibles.

8. La guerra glorifica a los liderazgos. El conflicto fue esencial para mantener la legitimidad de Mussolini. En la actualidad, las guerras armadas han sido remplazados por las culturales y mediáticas, donde Meloni, Milei y Trump se han posicionado en el frente contra los globalistas.

9. El pueblo demanda sangre. La polarización extrema es insumo de una tensión social que promueve estallidos violentos. Bukele ha llevado al límite el ambiente de confrontación en El Salvador, mientras que Trump, con una retórica incendiaria, contribuyó al asalto al capitolio en enero de 2021.