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RAZONES



JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

Maíz atrapado en la superchería


Lunes 23 de Diciembre de 2024 8:35 am


LA derrota de México en el panel de controversia del TMEC sobre el maíz genéticamente transformado era previsible, como lo son las consideraciones del mismo: sencillamente no hay sustento científico alguno sobre los supuestos daños que provocan esas modificaciones genéticas, al contrario, gracias a esos granos, países como la India han alcanzado el abasto suficiente de alimento por primera vez en su historia.

En México, la presidenta, que como científica tiene que saber reconocer una superchería, dice ahora que se prohibirá en nuestro país la producción de ese tipo de maíz para proteger las especies nativas.

Alguien debería informarle que con ello acabará con la agroindustria y condenará al país a importar la enorme mayoría del maíz para consumo humano e industrial que utilizamos. Es una tontería similar a la de la prohibición del glifosato como plaguicida, impulsada por Obrador para proteger “pueblos y cultivos originarios”.

Cuando estaba por comenzar el gobierno de Obrador, le hice una larga entrevista a Alfonso Romo, muy optimista y tranquilizadora para inversionistas y mercados. Lástima que nada de lo que dijo Romo se cumplió.

Respecto a la producción agrícola, me dijo que había que reconocer que teníamos una agricultura y una agroindustria muy poderosa en el norte del país, pero que “tenemos otro México que vive en el siglo XVII, que tenemos que tener y tenemos que apoyar diferente. A la Secretaría de Desarrollo Social le vamos a quitar todo lo que podamos de programas clientelares que no se necesitan y vamos a darle una orientación a que sea sustentable el apoyo. Vamos a apoyar a la productividad por hectárea.

Le dije que también había en gente del equipo de López Obrador que tenía resistencia a esos cambios. Su respuesta fue: “No, porque hablo de mejoras genéticas de cruzas tradicionales. No estoy hablando nada que cause un escozor en la sociedad. Es un tema que para mí no es un problema. Para poder caminar hay que quitar lo que nos diferencia, nos pelea, y hay que poner, mejor lo que nos alinea. Estamos diferenciando y dando soluciones diferentes de acuerdo a las realidades de cada zona. Es una preocupación de que el sureste de México esté prácticamente abandonado. No hay extensionismo agrícola; no ha habido investigación de desarrollo. Está abandonado el campo. Entonces qué estamos diciendo, atendamos estas zonas que hoy dependen de la agricultura, que con muy poco pueden mejorar su nivel de vida, y poco a poco, incorporarlos a la modernidad. Para ellos una buena semilla es modernidad. Quizás muchos empresarios en el norte se quieran meter a producir carros eléctricos, pero no todo es la alta tecnología”.

La humanidad lleva siglos, desde siempre, modificando genéticamente la naturaleza: cualquiera que tenga un perro salchicha tiene un ejemplar genéticamente modificado y lo mismo sucede con casi todas las razas de perros y gatos. Todos los productos alimenticios son mejorados de una u otra forma para hacerlos mucho más estables y productivos.

El maíz nativo ha sido modificado. El que sembraban los pueblos originarios era una mazorca pequeña con bajísima productividad. A través de los años, lo fue mejorando y por eso, en el norte se produce un maíz que rinde 10 veces o más que en el sur. En lugar de permitirle a los campesinos e indígenas mejorar su capacidad de producción en zonas donde la misma suele ser simplemente de subsistencia, los estamos condenando a vivir cada vez más en la pobreza y el hambre por una construcción ideológica sin base científica alguna.