Política extrema para el mundo
JOSÉ LUIS NEGRETE ÁVALOS
Jueves 23 de Enero de 2025 8:05 am
LA culminación de un hecho inminente se dio el pasado lunes
20 de enero, día en el que Donald Trump asumió oficialmente la presidencia de
EUA, en una ceremonia colmada de impulsos y simbolismos sobre la fortaleza o
resurgimiento que el mismo mandatario norteamericano enfatizó durante su
campaña, retomando ese sentido en su discurso inaugural. Entre los aspectos que inevitablemente llamaron la
atención, se encuentra la firma de los primeros decretos sobre asuntos de
importancia no solo para esa nación, también para la relación con sus vecinos,
Canadá y México: el aumento de los aranceles como una medida restrictiva para
presionar sobre las estrategias contra estupefacientes y el tema migratorio,
con el trasfondo de las deportaciones hacia nuestro país, haciéndose notorias
las acciones inmediatas que golpean las aspiraciones de muchos mexicanos que
intentaron el sueño americano. Pero, sobre todo, se encuentra el tema sobre considerar a
los cárteles como grupos terroristas, puesto que esta situación podría generar
complicaciones a gran escala que afectarán a la a corto y largo plazo las
relaciones diplomáticas. Por ello, la pregunta que puede orientar este panorama es
la siguiente: ¿las propuestas, y ahora decretos firmados por Donald Trump,
dejarán un profundo daño en la relación México EUA? La respuesta cobra sentido desde la perspectiva de los
propios sujetos que son afectados por estas decisiones, decisiones que rebasan
literalmente las declaraciones y procesos diplomáticos entre ambos países. Un ejemplo claro de esto serán las afectaciones graduales a
las familias de quienes están en EUA de manera ilegal, ante la posible
disminución de remesas, que igualmente fortalecen la economía y el desarrollo
social de nuestro país, ya que la construcción social invariablemente se verá
afectada por estas deportaciones, asimismo el riesgo de intromisión en aspectos
de seguridad y resguardo de la soberanía, por futuros operativos de la Unión
Americana.
En definitiva, no solo se ha provocado un caos mediático
por las declaraciones y acciones del nuevo presidente de EUA, además, se
predispone un caos orientado a la estabilidad internacional, en especial a la
respuesta y capacidad que México pueda tener para contrarrestar las
consecuencias de la política extrema y expansionista que reduce y desvanece los
esfuerzos sobre la democracia, con medidas que atenta directamente hacia los
derechos civiles.