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Confrontación bilateral



JOSÉ LUIS NEGRETE ÁVALOS


Jueves 06 de Febrero de 2025 8:08 am


BAJO el embate de acciones económicas y declaraciones tajantes hacia México, por parte del presidente de EUA, Donald Trump, el sábado pasado entró en vigor el aumento de un 25 por ciento en los aranceles para los productos de Canadá y los de nuestro país, además de 10 por ciento para China.

Esto con la intención precisa de orientar las acciones de los países mencionados para combatir el tráfico de estupefacientes que, de acuerdo a sus argumentos, afecta en gran medida a los jóvenes estadounidenses.

La aplicación de estos aranceles no solo provocó sobresaltos sobre el futuro económico en México, y Canadá, teniendo una respuesta inmediata sobre la postura que tomaría cada uno de estos países, sobre las decisiones del mandatario del país de las barras y las estrellas. En una especie de contraofensiva, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, señaló que aplicarían medidas similares, en concurrencia con México.

En este sentido, el aspecto de la negociación, desde la perspectiva mexicana, dejó un avance significativo en un cambio sobre estos aranceles. La espera de un mes en su aplicación, bajo acuerdos alcanzados, en materia de migración y específicamente el resguardo fronterizo por parte del Gobierno mexicano; abrió entre ambos países la posibilidad de diálogo.

Ante esto, solo queda en el aire un cuestionamiento: ¿La aparente apertura de Donald Trump al diálogo, y las mesas de trabajo propuestas entre México y EUA, alcanzarán un buen resultado o faltará mayor esfuerzo?

La respuesta que podría convencer, o por lo menos alcanzar una mayoría aceptable, tendrá que ver con la disposición de México a las peticiones inmediatas del Ejecutivo norteamericano, o los planteamientos que ocurren bajo las aportaciones de los equipos bilaterales. Todo quedará prácticamente en perspectivas una vez más, a la espera de un proceso.

Mientras tanto, aparece la incertidumbre para millas de connacionales, en la utilización de las órdenes ejecutivas que señalan la medida de deportación, movimientos para frenar las remesas.

En tal caso, dichas negociaciones deberán ser puntuales, teniendo siempre presente el resultado más óptimo para un gobierno, la solución eficaz y efectiva hacia una necesidad primordial, los miles de mexicanos y mexicanos que residen en los EUA con la convicción y la meta para mejorar la calidad de vida de sus familias.