LETRAS Y NÚMEROS
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JOSÉ ÁNGEL BRAMBILA LEAL
Norman Borlaug: Revolución Verde
Lunes 10 de Febrero de 2025 8:19 am
HABLAR de Norman Borlaug es para que, respetuosamente, se
quiten el sombrero en muchos países del mundo. Si se hizo una película basada
en la vida de Oskar Schindler (La Lista de Schindler) por salvar la vida de más
de mil 200 judíos durante el Holocausto, algo igual debería hacerse con Borlaug
a quien le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz, en 1970, por haber salvado
la vida de más de mil millones de personas, reconociéndosele como el padre de
la agricultura moderna y de la Revolución Verde. En la India se le otorgó el
Padma Vibhushan, el segundo mayor honor civil de la India, y tuvo
reconocimientos en todo el mundo. Lo maravilloso para México es que aquí inició su fructífera
carrera. Con apenas 30 años, en 1944, el doctor Borlaug se trasladó a nuestro
país como parte de un programa que estableció la Secretaría de Agricultura con
la Asociación Rockefeller, porque México vivía una crisis alimentaria que
estaba por cobrar miles de vidas. Al no ser suficiente la producción de
cereales, se vaticinaba hambruna y muerte para personas en situación de
pobreza, que vivían esencialmente de las cosechas de granos como el trigo, el
maíz y el arroz. El propósito era desarrollar investigaciones para mitigar los
efectos de esa crisis; así, Borlaug, gracias a su acucioso trabajo, hizo que
Sonora, específicamente el Valle del Yaqui, cobrara fama entre muchos países
que estaban viviendo circunstancias similares en el mundo. En México, el momento era alarmante. Los agricultores
estaban empobrecidos y luchaban con cultivos enfermos y de baja producción, por
lo que Borlaug experimentó con nuevas variedades de trigo, creando cepas
resistentes a las enfermedades que pudieran soportar el duro clima. Ese trabajo
se basó en descubrimientos anteriores de formas de inducir mutaciones genéticas
en las plantas. Este proceso implicaba dedicación y mucho conocimiento de
genética. Afortunadamente, Borlaug conocía bien el ámbito y pudo desarrollar
una variedad de grano de trigo que reunía las características adecuadas. Harían falta muchas páginas para que se conociera la
fructífera vida de este hombre que triplicó la producción de trigo,
primeramente en México, y después llevó la revolución agrícola a India,
Pakistán, y otros países de Asia. Me hubiera gustado conocer a alguien capaz de
decir: “No podemos construir la paz mundial sobre estómagos vacíos y miseria
humana”. ¿Gusta opinar? Lo espero en Las Mentadas.