LETRAS Y NÚMEROS
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JOSÉ ÁNGEL BRAMBILA LEAL
Macario, el barrendero de sueños
Lunes 24 de Febrero de 2025 8:16 am
ME gustaría creer que el papá de Macario decidió bautizarlo con ese nombre porque era un admirador del Arzobispo de Chipre, Makarios III, quien, siendo patriarca de la iglesia ortodoxa de la isla, luchó para que ésta se independizara del imperio británico, logrando su autonomía en 1960, por lo que Makarius pasó a ser el único hombre sobre la tierra que era al mismo tiempo Arzobispo y presidente de Chipre, al que gobernó durante 17 años, hasta que murió, en 1977. Casi 90 años después de que nació Makarius III, quien luchó para conquistar sus sueños de independencia, otro Macario también empezó a tejer sus sueños, haciéndose eco de la bienaventuranza que lleva el significado de su nombre bíblico. Este muchacho, de tan sólo 23 años, buscó la buenaventura a la vera de una escoba y de sus 24 mil compañeros que en CDMX se dedican a levantar las toneladas de basura que los chilangos derraman sobre sus calles. Macario barría y cantaba, con una felicidad que no le cabía en el pecho, como presintiendo que sus pregones lo llevarían a donde jamás había llegado un humilde barrendero. Macario barría por las mañanas, y por la tarde, en un cuarto de su humilde casa, escribía canciones y con los amigos hacía videos que, gracias a la magia, subía a las benditas redes sociales, esperando aunque sea el reconocimiento de amigos y compañeros de trabajo. Y así, soñando que le cantaba al corazón, un día decidido cantarle al amor con la ingenuidad de un joven que parece no estar contaminado de la basura colectiva con que las grandes televisoras han manipulado las vidas de miles de jóvenes que llegan a tocar esas puertas, soñando en una fama que jamás llegará. Sueña lindo, corazón, le dice Macario en su canción a ese alguien que le ha dejado una herida en el corazón, sin que le quede claro qué es él para ella. Eso no queda claro, pero sí quedó claro que millones de personas se enamoraron de una canción limpia y fresca, nacidas de las cuerdas juveniles de un Macario que empieza a saborear las mieles de un éxito inimaginable para sus 23 años y una ausencia total de recursos económicos como para haberlos invertido en darse a conocer. ¿Cómo medir el éxito de Macario? Reúna usted a los 750 mil habitantes del estado de Colima y multiplique esa cantidad por 34. Cuando vea usted que 26 millones de mexicanos están aplaudiendo este fenómeno, tómeselo en serio. Van a correr ríos de tinta sobre el muchacho de 23 años que barriendo sueños llegó a ser millonario, y que ahora empieza a saber lo que es el otro México. “. “No quería que me ubicaran las personas cerca de mi casa. México es bastante inseguro”. Así es, Macario, pero por ahora tú sigues soñando lindo. Te lo mereces. Gusta opinar: lo espero en Las Mentadas.