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RAZONES



JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

El cliente que no quieres perder


Miércoles 05 de Marzo de 2025 8:22 am


TIENEN razón los gobiernos de México, China y Canadá: el fentanilo, cuyas consecuencias letales nadie puede desconocer, es un instrumento de la administración Trump para comenzar una aventura económica y comercial con la imposición unilateral de aranceles a todos sus principales socios comerciales, que nadie sabe a ciencia cierta las consecuencias que puede tener para la economía mundial.

Porque la decisión de Trump rompió no sólo el TMEC y los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio, también los que tienen con la UE y Gran Bretaña, con todos sus principales aliados de la postguerra y sus principales socios comerciales. México y Canadá saldrán afectados por la decisión de Trump, pero también se romperán muchas de las cadenas de producción construidas durante las últimas décadas.

La opción trumpista de que esas cadenas se trasladen a su país para no tener aranceles, es una utopía irrealizable en términos económicos en el corto plazo, porque los costos se elevarían enormemente. Incluso, y paradójicamente ante su discurso antiinmigrante, no habría mano de obra no inmigrante suficiente y dispuesta a ocupar esos puestos de trabajo.

Los costos los pagaremos todos, pero sin duda también los consumidores estadounidenses, con precios más altos y desabasto en sectores de su economía. Lo que quiere Trump es rediseñar el mapa económico y político global, y siguiendo esta línea lo puede hacer, pero será mucho peor para todos, incluyendo los suyos.

La respuesta de ayer de la presidenta Sheinbaum tiene claroscuros. El tono de la declaración es bueno: medido, sensato, sin excesos ni retórica innecesaria, asumiendo que esto no es final sino el principio de un proceso largo. El tema de la seguridad está bien planteado, exhibiendo los esfuerzos que ha hecho el Gobierno mexicano.

Al tema del fentanilo está bien darle el contexto con la crisis de los opioides, pero evidentemente falta aceptar que, en buena medida, lo que estamos viviendo es consecuencia de los 6 años de “abrazos, no balazos” que han empoderado a los cárteles.

Pero la respuesta ante la coyuntura fue la correcta: la disposición a la colaboración y la cooperación, a establecer una estrategia regional de fondo. Pero allí nos encontramos con el verdadero problema: la insistencia de la Casa Blanca en hablar de la “intolerable alianza” del Gobierno mexicano con el crimen organizado. Trump no sólo quiere a los narcotraficantes y sus operadores: quiere a figuras políticas que los protegieron y fueron cómplices. Eso ya está sobre la mesa y México tendrá que aceptarlo.

Lo imprescindible en este sentido es que los márgenes y objetivos estén delimitados, que haya pruebas que vayan más allá de las declaraciones de delincuentes convertidas en testigos protegidos y que no existan acciones unilaterales, encubiertas o no.

Está bien que las respuestas del Gobierno a lo decidido ayer se vayan hasta el domingo, para no reaccionar “en caliente” y ante medidas que aún no están del todo delimitadas. Puede haber respuestas dirigidas, arancelarias o no, localizadas, pero no se ganaría nada con una respuesta generalizada. Una guerra comercial para nosotros sería dolorosaísima.

Lo que no entiendo es porqué esas respuestas se deben dar en un mitin en el Zócalo, donde la posibilidad de excesos y desbordes puede ser mucho mayor, aceptando que, en Morena y en la oposición, hay sectores que están deseando una ruptura con EUA. Al final, y más temprano que tarde, con T-MEC o con acuerdo bilateral, tendremos una nueva negociación comercial que incluirá un acuerdo de seguridad con EUA.

En una reciente reunión con funcionarios mexicanos, el secretario Lutnick les dijo que durante años él mismo había sido asesor financiero de grandes empresas y bancos y que como ellos eran los ricos y los dueños, al final tenía que hacer lo que ellos quisieran para no perder a sus clientes. “Ahora, les dijeron, yo soy el dueño y el banquero, soy el cliente que no quieren perder”. Esa es la lógica que priva en la administración Trump.