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APUNTES



MARIO CÁRDENAS DELGADO (ACPE)

¡Mujeres, benditas sean!


Viernes 07 de Marzo de 2025 8:35 am


A mi Alegría

EL Día Internacional de la Mujer, propuesto por la alemana Clara Zetkin en 1910, se celebra mañana; sin embargo, estimo que ellas: abuelas madres, esposas, hermanas, amigas, compañeras, y en general todas las damas, no requieren una fecha especial para que las admiremos, respetemos, amemos y conmemoremos. Porque sin el apoyo y compañía de estos seres maravillosos que nos conceden el milagro de la paternidad, que soportan estoicamente nuestros problemas, complejos, debilidades y malos tratos, que lloran con nuestras tristezas y ríen con los triunfos y alegrías, y que nos comprenden mejor que nadie, estaríamos perdidos en el océano de la soledad y el infierno de la indiferencia.

Qué bueno que cada vez son más las mujeres que sin perder su feminidad ni descuidar los deberes y haberes de esposa, madre y pareja, hacen gala de su inteligencia, capacidad de trabajo, liderazgo, honestidad y lealtad, y demuestran su valía en los distintos campos de la actividad humana. Me consta que su incontenible avance y valoración se sustenta en el respeto y reconocimiento que se han ganado a pulso. En mi transitar por la docencia, el servicio público y la comunicación he tenido la suerte de conocer, estimar, admirar y aprender de muchas compañeras eficientes, responsables, honestas, capaces y preparadas, incluso más que algunos hombres mentirosos, ladrones y traicioneros.

Como testimonio de la admiración y el respeto que siento por ellas, reproduzco estos pensamientos alusivos. ¡Benditas sean!

 “No hay más. Sólo mujer para alegrarnos, / sólo ojos de mujer para reconfortarnos, / sólo cuerpos desnudos, / territorios en que no se cansa el hombre. / Si no es posible dedicarse a Dios/ en la época del crecimiento, / ¿qué darle al corazón afligido/ sino el círculo de muerte necesaria/ que es la mujer?/ Estamos en el sexo, belleza pura, / corazón solo y limpio”. No hay más, sólo mujer. Jaime Sabines.

De mi cosecha. “Crisol en que los dioses modelaron su seráfica y sublime omnipotencia, al forjar con matices luminosos la más divina y virginal presencia que los ojos humanos contemplaron. Alborada de sueños e ilusiones, que con místico afán contemplativo convierte a los varones en vasallos que adoran sus encantos y suspiran por tener sus castos dones. Primavera que incendia los sentidos con aroma de brisas nocturnales; reflejo fiel de la esperanza misma que anima a sus platónicos amantes a vibrar y sufrir por sus desdenes. Sueño fugaz que cristaliza en arte; obra perfecta de valioso cuño procreada en el recinto del Olimpo, adorada por Zeus y por Neptuno, y por el hombre convertida en madre… ¡Mujer!”.

 

apuntesmario@hotmail.com