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INNOVEMOS ALGO ¡YA!



MARÍA EUGENIA GONZÁLEZ PEREYRA

Despedidas


Martes 11 de Marzo de 2025 8:29 am


¿HAS notado cómo buscamos culpables cuando una relación termina? Como si necesitáramos un villano para la historia que nos contamos. Nos miramos al espejo buscando fallas: “no fui suficiente”, “no supe retenerle”, “alguien más tenía lo que yo no”. Así, pedazo a pedazo, desmontamos nuestra propia valía.

¿Y si pudiéramos ver las separaciones desde otra perspectiva? Cuando alguien se aleja de tu vida, no está escribiendo un veredicto sobre tu valor como persona. No es un juicio final sobre tu belleza, inteligencia o capacidad de amar. Es simplemente un ser humano ejerciendo su libertad de elegir un camino diferente.

La verdad incómoda que pocas veces nos atrevemos a susurrar es que, en lo profundo, parte de nosotros ya sabía. Como un río que encuentra su cauce natural, algunas relaciones simplemente llegan a su delta, donde las aguas se separan antes de unirse con el mar.

¿Recuerdas aquellos silencios incómodos? ¿Esas conversaciones que evitaban lo esencial? ¿El esfuerzo constante por mantener vivo algo que, tal vez, ya había completado su ciclo? A veces nos aferramos tanto a lo conocido que olvidamos preguntarnos si es lo que realmente queremos.

El miedo a la soledad puede ser más poderoso que la certeza de estar en una relación que ya no nos nutre. Nos convencemos de que medio amor es mejor que ninguno, o es preferible la compañía conocida que la incertidumbre de un nuevo comienzo.

Aquí la verdad que libera: nadie te abandona. Las personas eligen, como tú eliges. Te dieron lo que podían con lo que tenían, como tú diste lo mejor que sabías dar en ese momento. No hay villanos, solo seres humanos imperfectos aprendiendo el arte de amar y dejar ir.

Lo que ahora parece una herida abierta es una puerta que se abre. Ese espacio vacío que tanto duele hoy es el lugar donde crecerá algo nuevo. No mejor, no peor, simplemente diferente. Un lienzo en blanco que tú podrás pintar con los colores que elijas.

La verdadera maestría está en honrar lo vivido sin convertirlo en cadenas al pasado. En reconocer que cada persona que pasa por nuestra vida nos deja un regalo: amor duradero, o una lección necesaria. Ambos son igualmente valiosos.

¿Qué pasaría si en lugar de preguntarte “¿por qué me dejó?, exploras el “¿qué me está invitando a descubrir esta despedida?”. Quizás descubrirías que no se trata de lo que perdiste, sino de lo que estás a punto de encontrar.

¡Innovemos algo ya! Es tiempo de reescribir el final de las historias que nos contamos sobre nuestras separaciones. Cuando dejamos de vernos como abandonados y nos reconocemos como seres libres en constante evolución, descubrimos que nadie tiene el poder de dejarnos, a menos que nosotros olvidemos reclamarnos.

Terapia presencial y online.

 

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