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“No llegamos todas”



JULIA LICET JIMÉNEZ ANGULO


Martes 11 de Marzo de 2025 8:29 am


EL Día Internacional de la Mujer, conmemorado el 8 de marzo, se presenta como un momento crucial para reflexionar sobre el impacto de la lucha de las mujeres en Colima y en todo México. Este día no es solo un recordatorio de los avances en derechos, sino de las carencias y desafíos que enfrentamos las mujeres, tanto en lo personal como en lo colectivo.

Las marchas que se realizan cada 8 de marzo son una clara manifestación de nuestra valentía y resistencia ante un sistema que aún nos niega condiciones que deberíamos tener como mexicanas y ciudadanas, y son recordatorio de que Colima está mal gobernado.

En Colima, como en otras partes del país, las mujeres tomaron las calles para exigir justicia, visibilidad y seguridad. Se unieron, para recordar a las mujeres que ya no están, víctimas de feminicidio, y para demandar una sociedad más equitativa, más justa, más libre. Lo que vemos es una fortaleza colectiva, pero también es un grito de auxilio porque, aunque los discursos oficiales aseguran que hemos logrado avances, la realidad es otra.

Un mensaje que no puedo dejar de cuestionar es el que ha lanzado la presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice que “llegamos todas", pero esa afirmación no refleja la realidad de muchas mujeres en Colima, ni en el resto del país. No todas hemos llegado. Mientras la alta política se felicita por los “avances” y se enorgullece de los discursos en pro de la igualdad, muchas mujeres siguen viviendo en un clima de inseguridad sin precedentes. Vivimos con miedo, sin saber si al salir de casa regresarán vivas nuestras hijas, madres o hermanas.

En Colima, los feminicidios aún son de las tragedias más dolorosas. En México, la cifra es alarmante: 10 mujeres son asesinadas cada día; se siguen enfrentando obstáculos para acceder a una justicia que, a menudo, no llega a tiempo. Nos encontramos en una crisis de seguridad: las instituciones fallan en brindar protección y, en muchos casos, hay una falta de voluntad del Gobierno para que las políticas públicas realmente se traduzcan en medidas eficaces. La realidad está al alcance de todos, se prometió un Gobierno “feminista”, y se limita a las mujeres en su derecho de expresarse.

¿Dónde queda la seguridad de las mujeres cuando las cifras de violencia no cesan? ¿Qué significa que “hemos llegado todas” cuando las mujeres indígenas, las trabajadoras del hogar o las migrantes, son invisibles y sumidas en condiciones de vulnerabilidad extrema? La violencia de género es una realidad en el país y, particularmente en Colima, donde la impunidad y la corrupción en las instituciones son una barrera para alcanzar una verdadera justicia.

Como diputada, desde mi trinchera de Acción Nacional, creo que debemos redoblar esfuerzos para construir un sistema de justicia que sea accesible para todas y actúe de manera rápida y efectiva ante la violencia. El compromiso de legislar por la seguridad de las mujeres debe ser incuestionable. Necesitamos políticas públicas que no solo den respuestas superficiales, sino soluciones reales.

En este 8 de marzo, la reflexión debe ser clara: no hemos llegado todas. Aún nos queda mucho por hacer, y las mujeres de Colima y de todo México merecen respuestas efectivas. No podemos seguir permitiendo que nuestros derechos se queden en el papel. Como mujeres, como legisladoras, debemos continuar luchando por un país donde la seguridad, el respeto y la equidad de género sean una realidad para todas.