Cadena interminable

RUTH HOLTZ*
Sábado 15 de Marzo de 2025 2:08 pm
La vida de la mayoría de las personas es una perpetuación de la vida de sus padres y de sus abuelos. Y a veces eso lo toman como algo que ocurre por una suerte de consecuencia inevitable mandada como castigo por Dios. Lo que podemos percatarnos es que es cierto que perpetuamos, reproducimos, volvemos a repetir lo que a nuestros padres les ocurrió, la forma en que enfrentaron la vida o las fórmulas que usaron para solucionar los problemas cotidianos. De alguna manera lo que nos pasa, lo que hacemos y lo que buscamos es consecuencia de lo que absorbimos de nuestros padres, el ambiente que respiramos, la vida que modelamos o a la que nos opusimos. Por eso es hasta cierto punto cierto que parte de lo que nos pasa es consecuencia de la forma en vivieron nuestros padres, pero no es inevitable ni es un castigo mandado por Dios. Una prueba de ello es la psicoterapia. Si fuera inevitable no podríamos cambiar y si se trata de oponerse a Dios, pues tampoco podríamos lograrlo. Lo que más bien podemos percatarnos es que recibimos una herencia de nuestros padres y depende de nosotros que lo destructivo, lo lastimoso o lo negativo de ello no se pase de generación en generación como una cadena interminable. Cuando acudes a psicoterapia, recuentas tu historia bajo otra óptica. Tratas de ver las conexiones entre lo que te pasa y los dilemas que vives y lo que viviste en tu infancia, los conflictos de tus padres como pareja, abuelos y el círculo de personas entre las que creciste. De manera impactante podrás reconocer patrones que repites como si dijeras: yo lo haré mejor o para reparar el dolor que te produjo aquello que te marcó. Entonces se trata de desahogar el dolor, recuperarte a tí mismo de la herida que te dejó, luego es necesario perdonar, dejar ir hasta encontrar la libertad de ser no en función de… ni para demostrar que… a nadie. Libre de creencias grabadas en torno de lo que te pasó. Algunas son graves generalizaciones: “todos los hombres son así”, “no me vuelvo a enamorar”, “mejor solo que mal acompañado”, “no vuelvo a llorar”, etc. Si nos percatamos de que estamos perpetuando una cadena interminable de sufrimiento está en nuestras manos cambiar, pero para ello es necesario un esfuerzo sostenido por establecer comunicación con nuestro inconsciente, pues esa es la única manera en que podríamos modificar nuestra herencia. La psicoterapia es una de las maneras de lograrlo. Repetimos el dolor para sanar, pero así nos retraumatizarnos. Desapégate de tu herida emocional. * Psicoterapeuta. Teléfonos: 312 330 72 54 / 312 154 19 40 Correo: biopsico@yahoo.com.mx