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Ley Olimpia: aplica para todas y todos



JUEVES POLÍTICO


Jueves 20 de Marzo de 2025 8:50 am


EN algún momento, todos y todos hemos escuchado hablar de la Ley Olimpia, pero, ¿sabemos qué es?, ¿para quién aplica?, ¿dicha ley está aprobada en Colima? Aquí te lo contamos.

Verás, la Ley Olimpia es un conjunto de reformas a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y al Código Penal Federal, con las que se busca reconocer la violencia digital y de igual forma sancionar los delitos que violan la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales, que también es conocida como ciberviolencia; a esta ley se le conoce como “Olimpia” por Olimpia Coral Melo, una activista mexicana que luchó por la penalización de este tipo de violencia después de ser víctima de la difusión no consentida de un video íntimo.

El objetivo principal de dicha ley es proteger a las personas, aunque principalmente a las mujeres, de la violencia digital, a la que se le define como la vulneración de los derechos de una persona a través de medios digitales, y que puede incluir acoso, hostigamiento, amenazas, insultos e inclusive mensajes de odio, así como la difusión de contenido íntimo sin consentimiento; siendo así, se dictan sentencias para quienes comparten, difundan o comercialicen contenido íntimo sin consentimiento, y las sentencias pueden ir desde las multas hasta pena en prisión.

Y hablando sobre la aplicación, es importante señalar que la Ley Olimpia está dirigida a cualquier persona que cometa los delitos mencionados anteriormente, sin distinción de género o edad; ya que muchas veces se cree que la Ley solo aplica para los hombres que comentan dicho delito, pero no, incluso si una mujer fuera la que compartiera contenido íntimo sin el consentimiento de la otra persona, se le aplicaría todo el peso de la ley; Además que también se le considera ciberacoso, lo que amplía el espectro de protección y castigo. Siendo así, cualquier persona que participe en la difusión de contenido íntimo sin consentimiento tendrá que responder ante el peso de la Ley, de igual manera puede aplicarse a funcionarios que, por omisión o negligencia, no actúen ante una denuncia de violencia digital.

En el caso de Colima, la Ley Olimpia fue aprobada por el Congreso del Estado en 2020, uniéndose así a los demás estados de la república que luchan para erradicar la violencia digital. Con dicha aprobación se establecerán penas de hasta seis años de prisión para quienes se encuentren culpables, además de sanciones económicas y medidas de reparación de daño para las víctimas.

 

Razones muy diferentes

Los datos recientemente publicados a través de las Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, emitidos por el Inegi muestran una realidad que debería preocupar y ocupar a la sociedad, pues no son solo números, sino un reflejo de una forma de pensar arraigada a través del tiempo dentro de la misma.

En los resultados se puede verificar que, de manera general, las mujeres experimentan una mayor discriminación que los hombres. Además, las razones por las cuales son discriminados son en extremo diferentes según el género. No se trata solo de actos individuales de discriminación, sino de un sistema que históricamente ha relegado a las mujeres a roles secundarios, lo que ha tenido como consecuencia años de rezago en materia de equidad de género.

Y aunque la discriminación no siempre es evidente, como el uso de micromachismos, la brecha salarial y la falta de representación en el escenario político actual del país, la encuesta del Inegi arrojó que los principales motivos de discriminación hacia las mujeres sí son perceptibles: primero, se les discrimina por ser mujeres, lo que resulta un tema interesante de tratar. A partir de ahí, se segmentan los motivos, desde la forma en que visten hasta el peso o la altura de las mismas.

Desglosar los datos que arrojan estos estudios abre la puerta a atender áreas de oportunidad hacia la equidad. Según la encuesta, entre las mujeres, el porcentaje que corresponde a los principales motivos de discriminación reportados fueron los siguientes: 35.3 por ciento por ser mujeres, 31.8 por ciento por qué utilizan ropa, y 30.7 por ciento por su peso o su altura. Mientras tanto, para su contraparte, la mayoría oscilaba en la opinión política como factor por el cual se le discriminara.

Estos motivos de discriminación relacionados con la apariencia física, como la forma de vestir y el peso o estatura, evidencian de manera innegable la presión social que se ejerce sobre ellas para cumplir con ciertos estándares de belleza, por lo general ideas inalcanzables que afectan su salud mental y autoestima.

En el entendido de que las mujeres indígenas, las mujeres con discapacidad, las mujeres de la diversidad sexual, enfrentan de por sí barreras adicionales que multiplican su vulnerabilidad, sorprende saber que no muchas mujeres que no entran dentro de los sectores mencionados se salvan de ser discriminadas, y sorprende aún más que no se tenga un avance significativo para prevenir este fenómeno social.

 

Lejos de igualdad política

DE manera periódica, la Unión Interparlamentaria y ONU Mujeres actualizan la información relacionada a mujeres en la política con un mapa que retrata la participación femenina en puestos ejecutivos y parlamentos nacionales en todo el mundo.

Según el mapa publicado por ambas instituciones, las mujeres son jefas de Estado o de Gobierno solamente en 25 países, y representan el 27 por ciento de los miembros de parlamentos; Además, en todo el mundo, menos de uno de cada cuatro ministros de Gabinete es mujer. Sin embargo, la división de tópicos que lidera uno y otro género es notable diferente, es decir, mientras las mujeres dirigen importantes carteras de Derechos Humanos, igualdad de género y políticas de protección social, los hombres dominan áreas políticas, asuntos exteriores, financieros, fiscales, de interior y defensa.

Esta persistencia del predominio masculino en las funciones de liderazgo político actual es un claro indicador de que, a pesar de los avances, la igualdad de género en la política aún es una meta lejana. Esta realidad no solo refleja la falta de oportunidades para las mujeres, también perpetúa un sistema político que no representa plenamente a la sociedad.

La poca presencia de mujeres en puestos de poder a nivel mundial significa que sus perspectivas, experiencias y necesidades son excluidas de la toma de decisiones, lo que provoca que en políticas públicas que se aborden de manera efectiva los desafíos que enfrentan.

Este predominio masculino reflejado en números, perpetúa estereotipos de género y limitan el acceso de las mujeres a la política. Los roles de género tradicionales, la falta de apoyo financiero y logístico, y la violencia política contra las mujeres son solo algunos de los obstáculos que impiden su participación plena y equitativa en la política.

La igualdad de género en la política no es solo un derecho, es una condición necesaria para la democracia y el desarrollo sostenible. El camino es largo aún; las mujeres desempeñan las funciones más altas del Estado solo en 25 países. El mejor panorama se tiene en Europa, la región con el mayor número de países dirigidos por ellas.

Y a pesar de que, en 2024, la política tuvo momentos arrolladores, con la elección de las primeras presidentes en Macedonia del Norte, México y Namibia, 106 países no han tenido nunca una mujer como líder.

Ante ello, valdría la pena rescatar las declaraciones de la presidenta de la Unión Interparlamentaria, Tulia Ackson: "Es la hora de adoptar medidas decisivas para derribar estas barreras y garantizar que la voz de la mujer tiene la misma representación en la política en todo el mundo. La salud de nuestras democracias depende de ello".