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Transporte público, riesgo competitivo



JOSÉ LUIS NEGRETE ÁVALOS


Jueves 20 de Marzo de 2025 8:38 am


Uno de los aspectos relevantes dentro de las acciones y planteamientos de la administración pública se encuentra en la prestación de servicios que permiten a la población llevar a cabo su día a día de manera adecuada, obteniendo en ese sentido el desarrollo paulatino de la propia sociedad. En vías de comunicación, el transporte público es herramienta fundamental para lograr estos objetivos, que involucran innumerables detalles que afianzan las posibilidades para el terreno económico, individual y colectivo, que de principio a fin se orientan a partir de la conectividad, de las estrategias y eficiencia en el traslado de productos, turismo, y los entornos laborales que requieren una adecuada cobertura.

Precisamente, las acciones y políticas públicas encaminadas al fortalecimiento y consolidación de un sistema de transporte que pueda corresponder a las necesidades básicas y recurrentes de los ciudadanos es determinante; aunado al hecho de las expectativas y procesos de adjudicación, o concesión del servicio por parte de los gobiernos a empresas privadas, las cuales deben y tienen la obligación de dar cumplimiento a las características dispuestas para brindar el servicio a la comunidad.

Pero en todo este sentido, surge un cuestionamiento palpable que distingue la posibilidad de buscar cambios o mejoras: ¿qué sucede dentro del transporte público ante el riesgo del monopolio y el conflicto interno entre prestadores de servicio?

En esta respuesta recaen, por supuesto, distintos factores que muestran las condiciones presentes, en los que, por la disposición de las acciones tendientes a brindar un mejor servicio por parte de los concesionarios, siempre está latente la dificultad de diálogo y la complicación en la búsqueda de estrategias que faciliten el paso continuo de adecuaciones, para mejorar la imagen, las rutas, los horarios y las tarifas en las distintas líneas que puedan solventar las necesidades y exigencias al respecto.

Teniendo claro que todos estos aspectos son esenciales para resolver los conflictos que pueden surgir internamente entre los concesionarios, así como la solución a favor de la mejora de servicio, aparece el efecto de la competencia, y en ese mismo camino, el riesgo monopólico, que precisa un tema económico inmediato, de pérdidas y ganancias para unos u otros.

Por ello, es de vital importancia que las políticas a desarrollarse en el tema de transporte público tengan presentes las situaciones de competitividad y desarrollo equitativo para los prestadores de servicios en este rubro, puesto que al final de todo esto, el único resultado negativo o positivo es el que llega a los usuarios, que en la exigencia de sus derechos requieren la adecuación de un transporte digno, seguro, y eficaz.