EL CENTINELA DEL AUTISMO

VÍCTOR MANUEL VILLALOBOS CHÁVEZ
Organizaciones: futuro en riesgo
Viernes 21 de Marzo de 2025 8:39 am
LAS organizaciones que atienden a personas con discapacidad, emergemos como pilares fundamentales, supliendo carencias que corresponden al Estado. Nuestro trabajo, mayormente voluntaria, nace de experiencias personales: familiares, amigos o nosotros mismos enfrentamos la realidad de la discapacidad. Esta conexión nos impulsa a actuar y luchar por una sociedad más justa. Sin embargo, es preocupante que muchas de estas organizaciones puedan cuidar de un plan de continuidad operativa. Dependemos en gran medida de líderes apasionados cuya ausencia puede significar el colapso del trabajo realizado; Además, enfrentamos otro desafío: la competencia interna. En lugar de unirnos y apoyarnos mutuamente como organizaciones, a menudo caemos en una falsa idea de competencia, buscando cómo “ganarle” a otras organizaciones que trabajan en discapacidad. Esta división debilita nuestra causa común y fragmenta esfuerzos que podrían ser más efectivos si estuvieran unidos. La ausencia de estrategias claras para garantizar la operatividad más allá de la presencia de un líder específico nos deja en una posición precaria. Es fundamental que desarrollemos planes de continuidad operativa, identifiquemos procesos críticos, formemos equipos de respuesta y establezcamos protocolos que aseguren la prestación ininterrumpida de servicios. Además, debemos fomentar una cultura de prevención y resiliencia en todos los niveles de la organización. Nuestra labor, aunque voluntaria, suple funciones que corresponden al Gobierno. Es imperativo que las autoridades reconozcan y apoyen nuestra labor, proporcionando recursos y colaborando en la implementación de estrategias que garantizan la sostenibilidad de nuestras organizaciones. La colaboración entre diferentes asociaciones es esencial para conseguir avances que beneficien a las personas con discapacidad y sus familias. Debemos construir estructuras sólidas, capacitarnos, planificar para el futuro y trabajar en conjunto. Solo así podremos asegurar que, independientemente de las circunstancias, las personas con discapacidad seguirán recibiendo el apoyo y los servicios que merecen. Es hora de que las organizaciones que trabajamos en favor de las personas con discapacidad dejemos de lado los egos y la competencia innecesaria. Debemos unirnos en genuina colaboración, compartir recursos, conocimientos y estrategias. Recordemos que nuestra verdadera competencia no está entre nosotros, sino contra las barreras que enfrentan las personas con discapacidad. Solo juntos podremos trascender y lograr un impacto duradero. Como bien señala el noveno principio de Deming: "borrar las barreras entre los departamentos. Abolir la competencia y construir un sistema de cooperación basado en el beneficio mutuo que abarca toda la organización". Aplicando este principio a nuestras organizaciones, podemos fortalecer nuestra misión y asegurar un futuro más inclusivo para todos. Más allá de nuestra misión inmediata, debemos contemplar un objetivo a largo plazo que podría parecer paradójico: trabajar para que nuestras organizaciones “mueran”. Es decir, aspirar a que la problemática social que dio origen a nuestra labor sea resuelta de tal manera que nuestra existencia ya no sea necesaria. Por ejemplo, si nuestra organización nació para atender a personas con autismo debido a la falta de atención integral ya la discriminación, nuestro objetivo final debería ser fomentar una sociedad donde exista una integración real y no haya discriminación por esta condición. En ese escenario ideal y utópico, nuestra organización habría cumplido su propósito y podría disolverse con la satisfacción del deber cumplido. Por ello, es necesario replantear nuestras estrategias, enfocándonos no solo en la atención directa, también en la incidencia en políticas públicas, la sensibilización social y la promoción de cambios estructurales que garanticen la inclusión y el respeto de los derechos de las personas con discapacidad. Trabajemos con la visión de que, algún día, nuestra labor ya no sea necesaria porque habremos contribuido a construir la sociedad inclusiva y justa que soñamos.
*Director ejecutivo de Fundación Mexicana de Autismo TATO