Cargando



¿Qué vacío emocional llenas cuando compras?



JESSICA YAMILET ARAGÓN


Miércoles 26 de Marzo de 2025 8:28 am


¿HAS escuchado la frase “comprar es terapia”? La frase detallada que la conducta de comprar cosas materiales es una forma de satisfacer necesidades emocionales; nos dan una sensación de bienestar, seguridad, confianza y aceptación. Comprar algo nuevo activa en nuestro cerebro el sistema de recompensas, liberando dopamina, un neurotransmisor asociado con la felicidad.

Es común observar personas que adquieren productos de lujo con el fin de sentirse reconocidas, intentando llenar una necesidad profunda de afecto y reconocimiento; sin embargo, más allá del producto en sí, surge la pregunta: ¿qué hueco emocional intenta llenar? Frecuentemente utilizamos las compras como un medio para construir una identidad, adquiriendo productos que ayuden a proyectar la imagen que queremos que los demás perciban de nosotros.

En otras situaciones, la adquisición de productos se transforma en una búsqueda de validación donde la estética tiene un papel crucial en la aceptación social, ya que al adquirir ciertos artículos te da la oportunidad de ser reconocido ante un grupo de personas, quienes nos dan el sentido de pertenencia, sintiéndonos parte e integrados de esa comunidad.

Las emociones tienen un papel muy importante en la toma de decisión de compra; la tristeza, la baja autoestima, el estrés y la ansiedad pueden llevar a compras impulsivas. Según estudios, el 45 por ciento de los encuestados ha hecho compras impulsivas cuando están tristes o ansiosos, y el 38 por ciento ha sentido culpa después de hacerlo.

La felicidad que genera comprar rápido desaparece, dejando un vacío emocional aún mayor. El consumo por impulso, lejos de ser una solución, está asociado con el estrés y la ansiedad, ya que en ocasiones se generan compras como una forma de mejorar su estado de ánimo, sin tener en cuenta la utilidad del producto o los ingresos percibidos, provocando endeudamientos y problemas financieros.

La solución de las compras impulsivas no está en dejar de comprar; es necesario, antes de cada compra, tomar tiempo para reflexionar y cuestionar si realmente necesitamos lo que queremos comprar. Una educación financiera nos puede ayudar a mejorar los hábitos de compra, así como tener un autoconcepto sólido para tomar mejores decisiones.

La felicidad no se encuentra en internet o en tiendas comerciales; la encontramos en las experiencias, en conectar con los demás genuinamente, porque, al final del día, ningún objeto nos dará lo que solo podemos encontrar dentro de nosotros.