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Más allá de la fecha



JUEVES POLÍTICO


Jueves 27 de Marzo de 2025 8:37 am


MARZO, mes en el que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, y en el que, en este sentido, instituciones públicas y privadas se movilizan con mayor fuerza para unirse en el combate contra la violencia de género, tema urgente en toda la agenda. Autoridades de diversos sectores saben que este día no es una efeméride pasajera, sino un recordatorio constante de la desigualdad e injusticia que muchos viven, y que el compromiso debe reiterarse todo el año y desde distintas trincheras.

Es beneficioso que durante el mes se pongan en marcha estrategias para garantizar los derechos de las mujeres, en especial de las niñas y adolescentes, quienes suelen estar más expuestas. A través de información emitida por el Inegi, se tienen datos concretos sobre los tipos de violencia que viven con mayor frecuencia las menores de edad.

Estas cifras confrontan a la ciudadanía con una realidad brutal: niñas y jóvenes mexicanas están en peligro constantemente; por ejemplo, que más del 90 por ciento de las víctimas de violencia sexual de entre 1 y 17 años son mujeres, y que más del 80 por ciento sufren violencia familiar.

Las encuestas están llenas de datos similares, todos desalentadores. Es buena noticia que a nivel municipal y estatal se implementan programas educativos que incluyen la igualdad de género desde la infancia, pues así las niñas podrán reconocer y denunciar el abuso, y si se convierte en algo permanente obtendrán resultados efectivos.

En Colima, hasta febrero de este año, se habían cometido ya dos feminicidios; Sin embargo, la cifra de homicidios cuyas víctimas son mujeres se cuentan aparte: Colima tiene la tasa más alta a nivel nacional, con 2.58 casos por cada 100 mil. La realidad es alarmante. En el estado, los dos primeros meses de 2025 fueron asesinadas 12 mujeres en la entidad, aunque solo en dos casos se investiga el hecho como feminicidio.

Es por eso que las iniciativas que surgen en el marco del Día Internacional de la Mujer deben consolidarse como permanentes, e inmiscuir a padres y madres de familia, pues es en el seno familiar donde debería alimentarse la reflexión sobre la violencia de género.

El problema debe atacarse desde distintos frentes, y esto significa leyes claras y contundentes, procesos eficientes y ciudadanos informados. Transformar el impulso de marzo en acciones concretas y sostenidas será la prioridad.

Las metas en seguridad, al menos en mayor medida, deberían construirse bajo la premisa de garantizar que las colimenses, en especial las menores de edad, regresen a salvo a lugares seguros.

 

Fomentar la prevención

EL Día Mundial de la Prevención del Cáncer del Cuello Uterino se conmemoró el 26 de marzo, y su importancia recae en que es una de las principales causas de muerte entre mujeres a nivel mundial, pero también es uno de los tipos de cáncer más prevenibles, gracias a las vacunas y la detección temprana; por lo que la prevención tiene un papel sumamente importante ya que es clave en la reducción de la incidencia de dicha enfermedad; así como la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) y la realización periódica de pruebas, como el Papanicolaou y la prueba de VPH, son estrategias elementales para proteger y garantizar la salud de las mujeres en todo el mundo.

El VPH es la principal causa del cáncer de cuello uterino, por lo que la vacuna contra dicho virus ha demostrado ser altamente efectiva al momento de prevenir infecciones que puedan derivar lesiones precancerosas y, eventualmente, en cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la vacunación contra el VPH en niñas y niños a partir de los 9 años, ya que la inmunización temprana antes de la exposición al virus maximiza su eficacia. Además, algunos programas de salud incluyen la vacunación en mujeres jóvenes que no han sido inmunizadas previamente.

Por otra parte, las pruebas de detección sirven para identificar a tiempo las lesiones precancerosas, lo cual facilita el tratamiento y reduce la mortalidad por la enfermedad; El Papanicolau, es una prueba que analiza células del cuello uterino en busca de cambios anormales, mientras que la prueba de VPH, detecta la presencia del virus en el tracto genital, son herramientas esenciales en la prevención secundaria. Realizar ambas pruebas ayuda a mejorar la precisión del diagnóstico.

De esta manera, es indispensable que todas las mujeres puedan tener acceso a estos servicios preventivos, para lograr un impacto significativo en la salud pública; de igual forma, se debe informar y educar sobre la importancia de la vacunación y la realización periódica de las pruebas, garantizando así que todas las mujeres tengan la oportunidad de prevenir el cáncer del cuello uterino.

La prevención del cáncer del cuello uterino es responsabilidad de todos, desde las autoridades en el gobierno, los especialistas en el área de la salud y la sociedad en general; ya sea promoviendo el acceso a la vacuna contra el VPH oa las pruebas del Papanicolaou y de VPH, así como fomentar la cultura de la prevención y detección temprana contribuirá a salvar vidas y mejorar la calidad de vida de las mujeres.

 

El feminismo no es un disfraz

EL desafuero del exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, acusado de tentativa de violación, fue desechado el martes en el Pleno de la Cámara de Diputados. No sorprende la impunidad, pero sí indigna la forma en que se consolidó: con diputadas de Morena gritando “No estás solo” en apoyo al exfutbolista. La misma frase que el movimiento feminista ha usado para acuerpar a las víctimas fue pervertida para blindar a un presunto agresor.

El 8 de marzo, esas mismas legisladoras se visten de morado, alzan pancartas y se declaran feministas. Pero cuando se trata de romper el pacto patriarcal, se cuadran ante los intereses de su partido. Esas mismas que el Día Internacional de la Mujer se presentan como aliadas, el martes sellaron la impunidad con su voto. Su respaldo a Blanco no es solo una incongruencia, es una traición.

La sesión en la Cámara de Diputados dejó claro que el pacto patriarcal no solo se sostiene con el voto de los hombres, también con el de mujeres que, en nombre de la disciplina partidista, deciden dar la espalda a las víctimas. No basta con portar un listón morado un día al año si en el momento decisivo acuerpan a los agresores.

El discurso de Cuauhtémoc Blanco fue el mismo de siempre: “mi conciencia está tranquila”, como si eso bastara para borrar una acusación de violencia sexual. Y, en lugar de cuestionarlo, las diputadas de su bancada lo protegieron, lo rodearon y le permitieron hablar desde la tribuna para victimizarse. Mientras tanto, la denunciante quedó una vez más en el silencio, revictimizada por un sistema que la invisibiliza.

Las mujeres feministas que estuvieron afuera del Congreso denunciaron la hipocresía. Les arrebataron pancartas, les negaron el acceso. ¿Cómo pasamos del "Llegamos todas" al "No estás solo"? La respuesta es simple: el poder pesa más que la justicia. Las diputadas que votaron en contra del desafuero no defendieron a un hombre, defendieron el statu quo que permite que los agresores sigan impunes mientras las víctimas son silenciadas.

Esto no es nuevo. Hemos visto cómo senadores, diputados, gobernadores y presidentes han sido protegidos por el sistema, pero lo ocurrido ayer es aún más grave: la apropiación del discurso feminista para fines patriarcales. Porque lo que hicieron esas diputadas no fue solo votar por la impunidad, sino usar el lenguaje de la lucha feminista para cubrir con un manto de impunidad a un presunto agresor.

¿Qué mensaje reciben las mujeres que han sido víctimas de violencia? Que, si su agresor tiene poder, será protegido. Que las instituciones no están de su lado. Que incluso aquellas que se dicen feministas pueden convertirse en verdugas.

El feminismo no es una moda ni un recurso retórico para ganar votos. Es una lucha diaria que exige coherencia y valentía. No basta con ondear una bandera morada el 8 de marzo si el resto del año se vota para proteger a un agresor. Ser feminista significa ponerse del lado de las víctimas, aunque eso implica incomodar a los poderosos. Y el martes, muchas legisladoras demostraron que su lealtad está con el patriarcado, no con las mujeres.