Didáctica crítica a la sexualidad

ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA
Martes 08 de Abril de 2025 8:23 am
TANTO la didáctica tradicional como la tecnología educativa
son dos concepciones de enseñanza que, desde el punto de vista de la
orientación sexual con enfoque humanista, carecen de bases sólidas para que los
seres humanos se sientan y se vivan completos; por el contrario, los atomiza y
robotiza de tal forma que no les permite acceder a su pleno desarrollo,
descubriendo y asumiendo elementos tan importantes y básicos como los
sentimientos, las sensaciones y la experiencia de vida. Por lo tanto, se hace necesario crear e implementar una
metodología de enseñanza-práctica diferente, en la cual participen
responsablemente todas las partes involucradas, ya que la orientación en el
campo de la sexualidad nos sugiere una amplia gama de posibilidades ricas en
experiencia y capacidades, y la didáctica crítica nos visualiza a todos los
seres humanos como entes independientes y libres, con historias de vida que nos
involucran, pero no nos determinan. Partiendo de la concepción de que cada ser humano es único
e irrepetible, podemos decir que la didáctica crítica, como método de
enseñanza, es muy fiel a este respecto. No solamente ve al ser humano como tal,
sino que promueve, mediante técnicas confiables, que procure llegar a su
autorrealización, no fijándole objetivos solo para llenar un requisito o cubrir
un programa, al contrario, le proporciona elementos necesarios para que solo
vaya al descubrimiento de sus propias capacidades y potencialidades, procurando
un desarrollo integral. El humanismo, como filosofía de vida relativamente nueva,
está avanzando cada vez más; ya una gran mayoría de profesionales de la
enseñanza básica, media y superior, basan su práctica en ella, lo que implica
ser congruente con lo que se piensa, se dice y se hace. Una gran ventaja del
enfoque existencial humanista y su aplicación en una relación profesional de
ayuda, es que no hay límites en su creatividad, no solamente permite la
utilización de métodos y herramientas ya establecidas, comprobadas por sus creadores
en su práctica cotidiana, sino que deja que cada orientador u orientadora,
explaye su imaginación e invente nuevas formas de comunicación en su práctica
cotidiana. Las herramientas básicas que podemos mencionar, y que
funcionan perfectamente aún en una simple práctica de entrevista son: la
autenticidad, respeto, la confianza, empatía, atención y la aceptación
incondicional, entre muchas más. Respecto a la directividad, es algo que está todavía en el
pandero de las discusiones. Hay posturas que sostienen que es necesaria, en
tanto la persona no esté en capacidad de discernir por sí sola, como las
infancias y otras, que es necesario serlo solo en ciertas ocasiones, no
siempre. La didáctica crítica y el humanismo se manifiestan ampliamente por la
no directividad, es decir, aceptar que cada persona es simple y llanamente
diferente, con potencialidades y capacidades propias que le permiten avanzar, crecer
aún sin un propósito consciente, atendiendo exclusivamente a su sabiduría
organísmica y a la tendencia actualizante. No podemos negar que la ciencia tiene su peso específico en
la educación-orientación de la sexualidad desde las infancias, pues gracias a
ella, hoy día podemos decir que muchos mitos y tabúes se han aclarado, y otros
están en vías de hacerlo; lo que significa que la razón de la estigmatización y
satanización a las personas con orientaciones sexuales diferentes a las que
marcan los cánones sociales ya no tendrá razón de ser, y quienes juzgan desde
una moral social o religiosa tendrán entonces que reconocer que a su parte
acusadora habría que darle otro sentido, pues este ya no les funcionará.
Me parece que su papel más importante es el de
desmitificar, amén de proporcionar muchos más elementos valiosos para el
desarrollo de las personas, empezando desde edades tempranas. Solo así,
accederemos a una sociedad más armoniosa, justa y equitativa.