Autocompasión

RUTH HOLTZ*
Viernes 11 de Abril de 2025 8:43 am
En estos tiempos, la
competitividad, las exigencias, las expectativas sobre nuestro actuar y el afán
de “perfecto y bajo control” solemos maltratarnos mucho. Hemos amasado valores
en los que nos enfocamos para tener grandes logros, éxito y estar en la cúspide.
En las escuelas exigen
“buen comportamiento”, “excelencia académica” y “total control de impulsos”. En
el trabajo, “dar más y hacerlo de manera eficiente, rápido y sin errores”. En
nuestra familia y amigos debemos ser agradables, serviciales, tolerantes y
emanar “buena vibra”.
¿Qué esperas de ti?
¿También te presionas para dar más de lo que puedes y para demostrar a los
demás que tienes una vida maravillosa y exitosa?
Tal vez te identifiques
con algunas de estas expectativas o están en el ambiente que te rodea. Lo
fundamental es reconocer si esto ha frenado el que vivas una vida libre, plena
de amor, de regocijo y procurando lo que te nutre. O si, por lo contrario, estás
fluctuando entre la autocrítica, las exigencias desmesuradas, el rechazo de
ciertas partes de ti o de otros que te mantiene alterado.
Entendemos mal compasión,
porque no se trata de que te tengas lástima o de que te des por tu lado
justificándote o premiándote. Se trata de ser amigo de uno mismo y tenernos
buena voluntad. Se trata de darnos cariño y dedicarnos tiempo para atender lo
que nos duele o nos preocupa. Tal vez no para resolverlo, sino para estar ahí
acompañándote, comprendiéndote.
La autocompasión es
llevar una vida en la que, si bien puedes querer la excelencia, no lo haces
ignorándote, ni trayendo el látigo para atizarte para que des más, sino
disfrutando de la vida, de la conquista de tus metas y de la compasión a otros
que implica que haces algo también por los demás.
Es indispensable cultivar
la relación compasiva con uno mismo para dejar de resistirse a lo que duele y
abrazar tu dolor, pues sólo el amor cura. Sólo prestarte atención puede ser la
diferencia para aligerar tu carga. Y en la comprensión amorosa de lo que te
conviene, de lo que te nutre, modifiques tu manera de caminar en la vida, tus
prioridades y tu forma de relacionarte con los demás.
En psicoterapia es
necesario que te abraces como a un niño, tu niño interior para poder sanar tus
heridas, aceptar tu pasado con amor, perdonando a los que te hicieron daño y
que además dejes de maltratarte en tu monólogo interior y comiences a tratarte con
amor. La aceptación, el perdón y la disponibilidad para abrirte tu corazón son
parte de la magia de sanar las heridas que traemos y cultivar una vida plena,
gozosa y libre de la lucha, la competencia y maltrato emocional.
*Psicoterapeuta
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