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La salud de frente a un iceberg



JOSÉ LUIS NEGRETE ÁVALOS


Martes 22 de Abril de 2025 8:43 am


LOS principales ejes que conducen las políticas públicas y las acciones que derivan de éstas a través de decisiones en administraciones públicas en cualquier país, al mismo tiempo generan las condiciones para que la sociedad acepte o niegue la capacidad de quienes asumen el rumbo de esas políticas, entre las que se encuentran: la educación, la economía y la salud, como demandas fundamentales en el día a día de la población.

Por supuesto, entre estos ejes es comprensible que la salud sea primordial, o por lo menos se intensifique en la teoría la intención de darle ese sentido, como punto de prevalencia a favor del tejido social.

Pero el cuestionamiento, inevitablemente explícito, que surge después de observar con cuidado es: ¿qué sucede cuando el eje de la salud pública se complica al pasar de la teoría a la práctica en el día a día?

Comprendiendo que el sistema de salud que se desarrolla en cada país está determinado por presupuesto, estrategias y logísticas que permiten realizar acciones, para el caso de México, las políticas públicas que intentan resolver las problemáticas en referencia a la salud, se complican desde su punto de partida, es decir, desde la implementación de los programas, que en cada una de las administraciones se pretende llevar a cabo más allá del cambio de objetivos, de nombres, de metas específicas que se señalan, inclusive los espacios de tiempo que se determinen para realizar o alcanzar ese objetivo específico, que dé notoriedad, y la tan ansiada legitimidad.

La teoría que determina la ejecución de los programas de salud, en la práctica parece suscitarse un entorno distinto al esperado en el día a día la atención y el servicio básico de salud, más allá de las intenciones y del constante cambio y modificación en acciones estructurales, y la ya mencionada logística para actuar en estos contextos.

Lo que realmente determina la complicación del paso de lo teórico a la práctica es el factor humano, entendido como la cercanía real hacia el paciente de un sistema de salud. puesto que debería considerarse como el principal motor de todo un sistema complejo de entrega y recepción de medicamentos, chequeos médicos y consultas realizadas mes con mes, y donde el peso más intenso se centra en la dificultad para atender de manera precisa, eficaz, y pronta al usuario que lo necesita.

El paso por las clínicas públicas se vuelve una travesía de papeleos, larga espera en las distintas unidades médicas, y observación del paciente como un elemento numérico; la atención en general de los sistemas de salud actuales no parecen modificar del todo su aplicación.

Al estar presente la complicación de lo teórico a lo práctico, sigue siendo latente la dificultad para que un eje fundamental como es la salud, asegure un verdadero camino de atención y mejora en cada elemento que integra un sistema de salud sin importar el nombre que se le asigne.

El factor que debe prevalecer es la atención directa y efectiva al paciente, más allá de todos los aspectos burocráticos y de errores logísticos de dicho sistema.