INDICADOR POLÍTICO

CARLOS RAMÍREZ
Otra vez el poder del del FMI
Jueves 24 de Abril de 2025 8:44 am
EL periodista Manuel Buendía reveló el domingo 18 de
septiembre de 1977, en su columna “Sol y Sombra” en El Sol de México la firma
secreta de una carta de intención de política económica del presidente Luis
Echeverría y el presidente electo, José López Portillo, con el Fondo Monetario
Internacional (FMI) para someter la aprobación de la política económica
mexicana a los criterios condicionalidad fondomonetarista. Buendía no pudo dejar de hacer una referencia irónica a un
hecho significativo: la carta fue firmada de manera oficial el 13 de septiembre
de 1976, día de guardar en el calendario histórico-político de México porque
recordaba cada año la batalla histórica en Chapultepec. La presencia del FMI en México como un instrumento de
control de política económica en modo obligatorio comenzó en 1973, con el
fracaso muy rápido del populismo echeverrista que aumentó los gastos sin
incrementar los ingresos y que metió al país en el ciclo perverso de la crisis
inflación-devaluación. Las quejas de Palacio Nacional contra el último reporte de
expectativas del FMI son para consumo interno. Por obligación institucional,
México tiene suscrita una permanente Carta de Intención de política económica
con ese organismo internacional para cumplir con la condicionalidad fondista de
decisiones internas de carácter hacendario y obtener el beneplácito o
estrellita que otorga esa institución, todo ello en cumplimiento suscrito por
México del Artículo IV del FMI. El reporte de la última visita a México de los
técnicos del FMI fue el pasado 1 de noviembre de 2024 y México tuvo que
reconocer la falta de autonomía en diseño de su política económica. El FMI nació en el balneario de Bretton Woods en junio de
1944 como producto de una batalla entre dos pensamientos económicos: el
keynesiano de intervención pública y el neoliberal del mercado. Por decisión de
todos los países que ganaron la Segunda Guerra Mundial, el FMI y el Banco
Mundial se erigieron en el Ministerio de Economía y Finanzas de todos los
países capitalistas. La tesis central planteada como condicionalidad obligatoria
del FMI se basa en la doctrina monetarista-neoliberal friedmaniana de que la
inflación es “en todo tiempo y en todo lugar un fenómeno monetario”, y a partir
de ahí obliga a todos los países a centralizar el problema de la inflación e
imponerles el criterio único de que los precios aumentan por el gasto público y
el crecimiento económico. Desde la carta de 1976 a la fecha, la economía mexicana
está subordinada y supervisada por el Fondo Monetario internacional, y recibe
las visitas del personal técnico para revisar si México está cumpliendo con los
requisitos de bajar la inflación y funcionará como mercado privado. En este
contexto, el discurso de López Obrador de que terminaba el neoliberalismo y
comenzaba el posneoliberalismo fue demagógico porque también en el ciclo
gubernamental de la 4-T la economía mexicana sigue controlada, supervisada y
avalada por el Fondo. Las cifras de expectativas que de modo regular emite el FMI
para husmear el escenario de corto plazo en el crecimiento económico mundial y
por países se basan en la información que las naciones proporcionan a los
técnicos del Fondo, por lo cual se debe reconocer que las expectativas últimas
que ponen a México para 2025 con un PIB de -0.3 por ciento salieron de las
estadísticas oficiales de la Secretaría de Hacienda. Una cosa es que no se esté
de acuerdo con la cifra y otra que suponga que existen otras cifras diferentes
a las del FMI, las cuales, por cierto, son las únicas válidas que toman en
consideración los inversionistas extranjeros y nacionales para definir sus
planes de desarrollo. El problema, en realidad, no es del Fondo. El FMI ha
definido su pensamiento económico de mercado, pero los países subdesarrollados
han carecido de fuerza para construir nuevas teorías económicas, algunas de
ellas que tuvieron vida muy corta y que planteaban que la inflación era de
estructura productiva y no de circulante monetario, además de identificar las
crisis en el modelo de países dependientes. El pensamiento del FMI es único porque se impone desde el
poder mundial, pero corresponde a las naciones subdesarrolladas la posibilidad
es definir su pensamiento económico con enfoque sociales.
Política para dummies: la política debe gobernar la
economía, pero el poder del dinero somete lo social.