RAZONES

JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
CSP, el mundo es ancho y ajeno
Jueves 24 de Abril de 2025 8:46 am
NO entiendo por qué la presidenta Sheinbaum no irá a los
funerales del papa Francisco. Será la mayor concentración de líderes mundiales
en muchos meses, especialmente oportuna en un momento en el cual la
polarización está más presente que nunca. No tiene nada que ver con que éste
sea un estado laico: es la despedida de un líder espiritual (y político) de
miles de millones de personas en el mundo y la ocasión para que la presidenta
Sheinbaum sea vista y conocida por los otros líderes mundiales. Durante la administración de Obrador se despreció la
diplomacia y la presencia presidencial en el mundo con la coartada de que la
mejor política exterior era la política interior. No es verdad, una es parte
integral de la otra y México durante décadas mantuvo un protagonismo y una
presencia internacional muy destacada que le dio réditos también en lo
interior. Saliendo al mundo se conoce en forma personal y directa a otros
líderes, otras experiencias, otras formas de ver las cosas, con muchos más
grises que desde un despacho. López Obrador no lo hizo por esa extraña mezcla
de narcisismo y miedo de enfrentarse al otro, de ver confrontada su visión
estrecha de comprender el mundo. La venta, en realidad la dilapidación, del
avión presidencial no fue una muestra de austeridad, fue una declaración de
principios sobre su desprecio al exterior. No fue a casi ninguna cita internacional, no hizo giras en
el exterior, más que un par de visitas puntuales a EUA, y otra a Cuba y
Centroamérica. Dicen que el no hablar inglés lo limitaba para esas actividades
y puede ser verdad, pero lo cierto es que Lula da Silva, el mandatario de
Brasil, tampoco habla inglés y es una figura notable en el ámbito
internacional, que se reúne con todos en todos lados y utiliza la diplomacia
para lograr inversiones y fortalecer la posición geopolítica de su país. La
presidente Sheinbaum tiene una buena imagen internacional, habla perfectamente
bien inglés pero el mundo, los líderes mundiales, no la conocen. Está muy bien
hablar por teléfono con Trump o Macron, pero es mejor hablar con ellos
personalmente. López Obrador le heredó también a Sheinbaum conflictos
absurdos con otras naciones, con Perú, con Bolivia, con Ecuador (una
responsabilidad compartida con la administración de Daniel Noboa), con
Argentina, pero sobre todo con España, uno de nuestros principales socios
comerciales y probablemente la nación y la cultura más cercana a los mexicanos.
Vamos, hasta con Austria y el Vaticano nos distanciamos gracias a aquellas
desafortunadas cartas enviadas por el ex presidente y su esposa Beatriz. Es
hora de ir trascendiendo esos conflictos, casi todos basados en capítulos
ideológicos o francamente anacrónicos.
No ir a Roma a los funerales de Francisco es una
oportunidad perdida, una actitud provinciana ante la realidad internacional, es
dejar pasar la posibilidad de que México regrese, con la presencia personal de
la mandataria, a los grandes espacios de los liderazgos globales.