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EL CENTINELA DEL AUTISMO



VÍCTOR MANUEL VILLALOBOS CHÁVEZ

Madres de la resistencia


Viernes 09 de Mayo de 2025 8:22 am


ESTE 10 de mayo, no basta con decir “gracias, mamá”. Más que flores y desayunos, es momento de hablar de esas mujeres que llevan décadas cargando el peso de una causa que no eligieron, pero que abrazaron con amor: las madres de personas con discapacidad.

En más de 30 años de trabajo ininterrumpido, desde Fundación TATO, hemos visto una constante que se repite como eco en cada familia, en cada diagnóstico, en cada historia: es la madre quien se convierte en cuidadora, terapeuta, gestora, defensora, y muchas veces, en la única presencia constante en la vida de sus hijos con autismo. Ella deja el trabajo, o lo ajusta a su nueva realidad. Ella cancela planes, posterga sueños, y a veces, incluso su salud mental y física, por estar donde nadie más quiere estar: al pie del cañón.

Y aunque esta historia está cargada de amor, también lo está de soledad, cansancio, negligencia institucional y abandono social. Porque en un país donde la inclusión sigue siendo discurso, son ellas las que sostienen lo que el Estado no garantiza.

Porque en Colima, y en muchos otros rincones del país, la realidad es que la red de atención a la discapacidad descansa principalmente sobre los hombros de una madre. La discapacidad, especialmente el autismo, no da descanso. Y quienes lo acompañan, como las madres, tampoco. Lo más doloroso es que, además de cuidar, muchas tienen que luchar: luchar contra un sistema de salud que no diagnostica a tiempo, luchar contra escuelas que no saben cómo incluir, luchar contra instituciones que prometen, pero no actúan y luchar, incluso, contra sus propias familias, que les dan la espalda o delegan todo el trabajo en ellas.

¿Hasta cuándo seguiremos permitiendo que el cuidado recaiga exclusivamente en una mujer? ¿Hasta cuándo seguiremos normalizando que la discapacidad es un problema “familiar” y no una responsabilidad social?

La única discapacidad que no deberíamos aceptar sigue siendo la discapacidad a la empatía, y eso también se refleja en la indiferencia ante la carga desproporcionada que recae en nuestras madres cuidadoras. Hoy no es solo un día de celebración, es un día de exigencia.

Si de verdad queremos honrar a las madres, empecemos por cambiar el sistema que las deja solas. Porque si de verdad valoramos su entrega, construyamos políticas públicas que las respalden, apoyos reales que les den tregua, y comunidades que no les suelten la mano.

Hoy, Fundación TATO alza la voz por todas esas madres que no tienen un día libre. Por todas esas mujeres que son las primeras en llegar y las últimas en rendirse. Ellas no deberían ser las únicas defensoras de la inclusión, pero mientras lo sean, merecen no solo nuestro respeto, sino nuestro respaldo.

La inclusión comienza en casa, pero se construye en comunidad. Madres como ellas son las verdaderas centinelas del amor, de la justicia, y de la esperanza.

 

*Director ejecutivo de Fundación Mexicana de Autismo TATO