LETRAS Y NÚMEROS

JOSÉ ÁNGEL BRAMBILA LEAL
De Francisco a Roberto Francisco
Lunes 12 de Mayo de 2025 8:20 am
Con 88 años a cuestas y haciendo esfuerzos sobre humanos
para seguir bendiciendo a sus feligreses, el Papa Francisco partió al comienzo
de algo, como decía en una de sus frases: “La muerte no es el fin de todo, sino
el comienzo de algo”. Cuando un Papa muere, se despide del mundo con un rictus
de felicidad en su rostro, como sabiendo que lo que le espera es eso: el
comienzo de algo bueno. Quizás para un Papa, que vive todos los días predicando el
amor de Dios, buscando esperanza para los que sufren en las prisiones, en los
hospitales o en esas regiones del mundo donde familias completas son obligadas
a abandonar sus aldeas para que sus hijas no sean violadas y donde cualquiera
puede ser asesinado sin motivo alguno, ese camino de amor y de entrega absoluta
hacia los que sufren sea el único camino que pueda ofrecérseles. Ese era
Francisco y su credo: “por los más pobres”. Muchos de ellos lo están llorando. Apenas transcurridos 18 días de su partida, otro hombre
nacido en el continente americano ha sido electo como el Papa 267 de la
historia pontificia. Robert Francis Prevost Martínez nació en Chicago, Illinois
en el año de 1955. Cuenta con 69 años de edad y tiene además la nacionalidad
peruana, con lo cual se convierte en el segundo Papa sudamericano, por lo que
los andinos han echado las campanas al vuelo, festejando a un hombre que ha
convivido con los más pobres del Perú y que en múltiples ocasiones ha expresado
su amor por los descendientes del gran Imperio Inca. Por ahora, sólo son momentos para las anécdotas. La
presencia de gaviotas en el momento del humo blanco fue largamente aplaudida y
es significativo el hecho de que sólo bastaron 24 horas y 23 minutos para que
los cardenales eligieran al nuevo papa, cuando para elegir al Papa Francisco se
utilizó una hora y dos minutos más de tiempo. Esto nos permite traer a cuenta
que en el año de 1503 se llevó a cabo el cónclave más corto de la historia,
cuando sólo se necesitaron 10 horas para elegir al Papa Julio II. Sin embargo, en el año 1268, a la muerte del Papa Clemente
IV, pasaron casi 3 años (33 meses) sin que los cardenales se pusieran de
acuerdo para elegir al nuevo Papa, por lo que las autoridades de la ciudad,
(Viterbo, Italia), los encerraron con llave (por eso se llama cónclave, del
latín cum clave “con llave”) y les redujeron la ración de alimentos y tuvieron
que retirarles el techo para que sintieran las inclemencias del tiempo. Sólo
así eligieron al nuevo Papa (Teobaldo Visconti), que ni siquiera estaba entre
los cardenales, pues era un diácono -aún no era sacerdote-, que en ese momento
se encontraba en Tierra Santa participando en las Cruzadas. Es fascinante la historia de los Papas. Ojalá y haya tiempo
para hablar de ello.
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