En la calle, no en el escritorio

JULIA LICET JIMÉNEZ ANGULO
Martes 13 de Mayo de 2025 9:30 am
EN la Cámara de Diputados, cada decisión que tomamos
impacta la vida de millones de mexicanos. Pero como legisladora, tengo muy
claro que ninguna ley, iniciativa o dictamen puede sustituir la mirada directa,
la voz sincera y la mano extendida de quienes luchan cada día por salir
adelante. Por eso, ahora que entramos en el periodo de receso legislativo, no
es tiempo de descanso. Es momento de estar aún más cerca de la gente, de
recorrer las colonias, de pisar la tierra y escuchar de frente las necesidades
de las familias colimenses. El escritorio no es el lugar donde nacen las soluciones
reales. Las verdaderas respuestas se construyen en las calles, en las
comunidades, en las pláticas con las y los vecinos. Ahí se respira la necesidad
de un futuro mejor, pero también se siente la frustración y el enojo por años
de abandono y promesas incumplidas. Es ahí donde debe estar una diputada
comprometida con su estado y con su gente. Como diputada federal por Colima, me comprometo a que cada
receso legislativo sea una oportunidad para trabajar más cerca de ustedes. Este
tiempo es valioso porque permite volver al origen: las calles, donde nacen las
verdaderas prioridades. Durante este receso, visitaré cada colonia, cada comunidad,
cada rincón del estado. No solo para escuchar, sino para atender gestiones,
resolver trámites, acompañar procesos y, sobre todo, dar la cara. Porque la
política, para mí, no es un ejercicio de poder alejado de la realidad; es un
compromiso de servicio público, es estar al lado de la gente y no por encima de
ella. He aprendido que las verdaderas lecciones no se encuentran
en los libros de derecho ni en los manuales de técnica legislativa, están en
las historias de las mujeres que se levantan de madrugada para sacar adelante a
sus familias, en los jóvenes que luchan contra la violencia y la falta de
oportunidades, o en los adultos mayores que sienten que el sistema los ha
olvidado. Ellos son mis maestros. Por ellos trabajo todos los días. En cada recorrido he recibido palabras de aliento, pero
también reclamos legítimos. He escuchado preocupaciones por la falta de
medicamentos en los centros de salud, el deterioro de las calles, la
inseguridad que roba la tranquilidad a nuestras familias y la falta de empleo
que obliga a muchos a emigrar. Cada uno de esos problemas los llevo conmigo al
Congreso y cada una de esas voces es un compromiso que asumo como propio. Quiero ser una diputada que actúe con congruencia. No puedo
legislar sobre educación sin hablar con los maestros y los padres de familia.
No puedo discutir sobre salud sin conocer las carencias de nuestros hospitales.
La calle es mi oficina principal, y ustedes, las y los ciudadanos, son mis
jefes. El receso legislativo es para estar más cerca, no para
desconectarse. Visitaré las colonias del norte y del sur, las zonas urbanas y
rurales. Cuando la política se hace desde el escritorio, se vuelve fría,
distante y desconectada, pero cuando se hace desde la calle, se vuelve humana,
real y cercana. Sabemos que Colima enfrenta desafíos serios. La inseguridad
no se resuelve desde el discurso, sino con acciones concretas. La pobreza no se
combate con buenas intenciones, sino con programas eficaces e inversión en
infraestructura social. La desigualdad no se supera con discursos de odio, sino
con unidad y trabajo en equipo. Desde la Cámara de Diputados, seguiré luchando
para que Colima reciba los recursos que merece. Aquí, en el territorio, seguiré
trabajando para que esos recursos se traduzcan en resultados tangibles para
nuestras comunidades. Partido Acción Nacional me enseñó que la política se basa
en principios, valores y servicio. Que la honestidad, el trabajo y la cercanía
con la gente no son slogans de campaña, sino compromisos de vida. Yo quiero
honrar esa visión en cada paso que doy como legisladora. Por eso, más que en la
tribuna, quiero que mi voz resuene en las colonias. Gracias a todas y todos los que me han abierto las puertas
de su casa, que me han compartido sus historias y me han confiado sus sueños.
Gracias por recordarme todos los días por qué estoy aquí y para quién trabajo.
Este receso legislativo no es para detenernos; es para avanzar, con paso firme,
con convicción y, sobre todo, con ustedes.