Los claroscuros del pasado diez de mayo

ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA
Martes 13 de Mayo de 2025 9:15 am
¡Nada que celebrar! y ¡nuestras hijas e hijos de regreso a
casa! fue el clamor general en la mayoría de los estados de la república,
incluyendo la Ciudad de México, este pasado diez de mayo. Madres, familiares y
organizaciones de la sociedad civil, se dieron cita en las glorietas de las y
los desaparecidos, lugares que, desde que se destinaron como punto de protesta,
se encuentran tapizadas de fotografías de las personas en situación de
búsqueda; y según cuentan, no están todas, pues los números son muy ambiguos a
ese respecto; mientras los colectivos tienen unos datos la Comisión Nacional de
Búsqueda, asevera que son más de 127,000 con cifras recientes. Respecto al número, ciertamente es muy difícil definir una
cifra exacta, toda vez que no existe un solo día en el cual no se reporten
personas desaparecidas. Lo que sí es un hecho, es la parsimonia y desinterés
tanto del gobierno a través de las fiscalías, de la Comisión Nacional y las
Comisiones Estatales de búsqueda de personas, que le imprimen a su encomienda,
a pesar de que tienen destinados recursos suficientes para operar; de ahí la
insistencia de los colectivos de madres buscadoras en presionar, pues este
flagelo se encuentra ya en el estatus de emergencia nacional. Nuestro estado, el más violento del país, según la Comisión
Nacional de Búsqueda, hasta el año 2024, registra 1,372 personas en calidad de
desaparecidas; sin embargo, sabemos que esta cifra puede variar
sustancialmente, pues una de las denuncias hacia la titular de dicha comisión,
Teresa Guadalupe Reyes, es que justamente llegó ahí con la encomienda de
“rasurar” el padrón, así que no esperemos que en algún momento nos reporten
números reales, como también, en calidad de qué se encuentran estas personas,
ya que constantemente nos sorprenden con noticias de que ya aparecieron pero,
las familias son las ultimas en enterarse.
Y como se anunció con anterioridad en redes sociales, este
sábado pasado diez de mayo, en la glorieta de las y los desaparecidos, la Red
por los Desaparecidos en Colima, realizó una misa para madres y familiares, la
cual fue oficiada por el obispo de Colima, monseñor Gerardo Diaz Vázquez, acto
que estuvo acompañado también por personas y colectivos solidarios con la
causa. De igual manera, en el municipio de Tecomán, en el kiosco
del jardín principal, se realizó una concentración, igualmente con la presencia
de madres y familiares de personas desaparecidas, en el mismo sentido de
reclamo a las autoridades por el abandono en su búsqueda y la falta de
respuestas aclaratorias sobre el proceso que se ha seguido para su
localización. Los testimonios de algunas madres de su peregrinar en este
camino, fue el tinte desgarrador que arrancó más de una lagrima a las y los
presentes. Este tipo de eventos nos recuerda la desigualdad y
diferencia en las celebraciones; mientras otras madres festejaban junto a sus
hijos e hijas este emblemático día, otras expresaron su dolor junto con la
esperanza de encontrarlos con vida. Que aun con el cobijo que genera la
solidaridad expresada de las y los asistentes y del oficiante, el dolor lo
llevan puesto y las acompaña en todo momento. Al finalizar la misa, el obispo les ofreció a las madres
mantenerse más cercano a ellas y su proceso de búsqueda, así como el compromiso
de reunirse con ellas el 30 de agosto Dia Internacional de las Personas
Desaparecidas.
En otro contraste, muy evidente por la fecha señalada, no
podemos dejar de mencionar la felicidad que irradia la gobernadora Indira
Vizcaino Silva, cuando hace gala de su maternidad en un acto oficial, como uno
de los roles que más disfruta y la llevan a la satisfacción plena. Estas
declaraciones causarían menos escozor si la mandataria mostrara un poco de
sensibilidad con las madres buscadoras, no solo este día, sino en todo lo que
va de su mandato al frente del gobierno estatal, pero, sigue siendo una
solicitud que se hunde en el gran vacío.