Invertir antes de tiempo

HERMES OVIEDO GUEDEA*
Miércoles 14 de Mayo de 2025 9:58 am
TOMAR decisiones financieras siendo joven puede parecer
prematuro, pero la realidad demuestra lo contrario. En un entorno donde la
inflación, la incertidumbre y el costo de vida avanzan con rapidez, aprender a
poner el dinero a trabajar desde temprano se convierte en una herramienta de
libertad, no de lujo. A lo largo de mi carrera como asesor, he visto una
constante: quienes invierten pronto no solo construyen un mejor patrimonio,
también desarrollan una relación más sana con el dinero. No se trata de
adivinar el futuro ni de correr grandes riesgos, sino de entender que cada peso
puede convertirse en un aliado si se administra con intención y perspectiva. Durante años, se pensó que invertir era un privilegio
reservado para quienes contaban con grandes sumas o conocimientos. Hoy, ese
mito ha quedado atrás. Gracias a plataformas tecnológicas, como la app de GBM y
otras disponibles en el mercado mexicano, cualquier persona puede empezar a
invertir desde su celular, con montos accesibles y de forma automatizada. Esta
democratización del acceso está cambiando la forma en que las nuevas
generaciones construyen su seguridad financiera. Pero el verdadero valor de invertir temprano no está solo
en la tecnología, sino en el tiempo. La constancia y el interés son dos fuerzas
que pocas veces se explican con claridad, pero que hacen una diferencia enorme.
El ejemplo clásico es revelador: mil pesos mensuales a 8 por ciento anual desde
los 20 hasta los 60 años, generan aproximadamente 3.5 millones de pesos. Pero
¿qué pasa si se comienza a los 25? La cifra cae a 2.3. Postergar 5 años implica
perder casi un tercio del potencial. El tiempo no se recupera, y en finanzas,
vale oro. Más allá de los números, invertir desde joven cambia la
forma de pensar. Uno empieza a distinguir entre gastar e invertir, entre
comprar por impulso y planear con estrategia. Se adquiere disciplina, paciencia
y una mirada a largo plazo. En un país como México, donde menos de 2 por ciento de la
población participa en la bolsa (según la CNBV), invertir no solo es una
decisión personal, es también un acto de cambio cultural. Enseñar a más
personas a hacerlo puede transformar no solo patrimonios individuales, sino
generaciones enteras. Mi recomendación siempre ha sido clara: no esperes a tener
“lo suficiente” para empezar. El momento ideal para comenzar casi nunca llega.
Empieza con lo que tienes, define tus metas, mantente constante y aprende en el
camino. Así como nadie se convierte en atleta de un día para otro, alcanzar
estabilidad financiera requiere tiempo, estrategia y compromiso. Como diría
Warrent Buffett: “el mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años. El
segundo mejor momento es ahora”. Invertir no es un lujo reservado para después. Es una
decisión presente que construye futuro. *Asesor financiero