¡No pongas todos los huevos en una sola canasta!

HERMES OVIEDO GUEDEA*
Miércoles 28 de Mayo de 2025 9:36 am
EN el mundo de las inversiones, muchos buscan la fórmula
perfecta: un instrumento que rinda bien todo el tiempo, que no falle y que
asegure buenos resultados. Sin embargo, esa idea rara vez se cumple. Así como
en el béisbol incluso los mejores jugadores no logran batear cada lanzamiento,
en las finanzas no existe una inversión infalible. Por eso, la diversificación
es una estrategia fundamental. Diversificar significa distribuir el capital entre
distintos instrumentos, sectores, monedas o plazos. El objetivo no es eliminar
el riesgo, sino repartirlo inteligentemente para que el desempeño negativo de
una parte del portafolio no afecte de forma significativa el resultado total.
Esta estrategia busca equilibrio y estabilidad, sin depender del éxito de una
sola apuesta. Pensemos en un inversionista que destina todo su dinero a
un fondo ligado a un solo sector económico. Si ese sector atraviesa una mala
racha, todo su capital se ve comprometido. En cambio, si su portafolio incluye
una mezcla de instrumentos (algunos más conservadores y otros con mayor
potencial de crecimiento), el efecto negativo se diluye y aumentan las
probabilidades de obtener rendimientos más estables. Un ejemplo reciente lo confirma. Muchos inversionistas
tradicionales acostumbran renovar sus inversiones cada 28 días, priorizando la
liquidez inmediata. No obstante, hacia finales de 2024, el mercado ofrecía
tasas históricamente altas en bonos a 1, 3 y 5 años, cercanas a 11 por ciento.
Quienes decidieron diversificar una parte de su capital hacia esos plazos más
largos hoy están obteniendo beneficios significativos, gracias a la marcada
disminución de tasas observada en los primeros meses de 2025. Todo esto fue
posible sin perder liquidez, gracias a instrumentos como los fondos de
inversión, que permiten acceder a estas oportunidades con montos accesibles y
disponibilidad diaria. La diversificación también aporta un beneficio técnico
importante: muchos activos se comportan de forma inversa entre sí. Por ejemplo,
cuando suben las tasas de interés, los mercados accionarios suelen bajar, y
viceversa. Combinar instrumentos de características opuestas puede generar un
portafolio más equilibrado, donde las caídas de unos se compensen con las
ganancias de otros. Lo mejor es que esta estrategia está al alcance de todos.
No es exclusiva de grandes patrimonios ni requiere conocimientos técnicos
avanzados. Lo fundamental es tener claridad sobre los objetivos, el plazo de
inversión y el nivel de riesgo que se está dispuesto a asumir. Con estos
elementos, es posible construir un portafolio diversificado que combine
prudencia con potencial de crecimiento. En resumen, diversificar no significa dispersar sin
sentido, sino construir una combinación eficiente de activos que respondan bien
ante distintos escenarios. La conocida advertencia de “no poner todos los
huevos en una sola canasta” sigue vigente por una razón sencilla: funciona. En
las inversiones, como en muchos aspectos de la vida, repartir con inteligencia
puede ser la mejor manera de avanzar con paso firme. La diversificación es una herramienta poderosa. Aplicarla
con sentido, claridad y estrategia puede marcar una gran diferencia en los
resultados. Acércate a tu asesor financiero de confianza para explorar cómo
implementarla de manera efectiva. *Asesor financiero