INNOVEMOS ALGO ¡YA!
MARÍA EUGENIA GONZÁLEZ PEREYRA
Vivir
Martes 17 de Junio de 2025 9:37 am
INNOVEMOS
ALGO ¡YA! Vivir MARÍA
EUGENIA GONZÁLEZ PEREYRA EXISTE
un momento sagrado en la vida, cuando comprendemos que cada decisión que hemos
tomado ha sido un acto de supervivencia disfrazado de error o acierto. Como
navegantes en mares desconocidos, nuestro cerebro traza constantemente mapas
mentales que buscan nuestra evolución y bienestar, incluso cuando nosotros
mismos no podemos verlo. Nuestras
sinapsis, esas conexiones que danzan en nuestra mente, no están programadas
para destruirnos. Al contrario, cada red neuronal que se forma, cada decisión
que tomamos, obedece a un impulso primitivo y sabio: sobrevivir, evolucionar,
alcanzar la realización y esa serena dicha que todos anhelamos. ¿Por
qué entonces nos castigamos tanto por las decisiones del pasado? Como
arqueólogos de nuestros propios errores, desenterramos cada tropiezo y
construimos con ellos una prisión de culpa que nos impide disfrutar lo que
hemos logrado. Nos llenamos de remordimientos, inconscientemente expiamos, no
permitiéndonos tener lo que merecemos. Pero
aquí está la verdad liberadora: toda decisión en su momento fue la mejor
decisión posible. Nadie decide conscientemente en contra de sí mismo. Tu mente,
con la información disponible, con las herramientas emocionales que tenías,
eligió el camino que consideraba más seguro para tu supervivencia física,
emocional o psicológica. Esa
relación tóxica que mantuviste era tu intento de no quedarte solo. Ese trabajo
que abandonaste era tu alma protegiendo tu integridad. Esa oportunidad que no
tomaste era tu instinto cuidándote de un riesgo que intuías pero no podías
nombrar. Como
un río que siempre busca el mar aunque parezca perderse en meandros, nuestras
decisiones siempre apuntan hacia nuestro crecimiento. Cada experiencia se
convierte en un tesoro de recuerdos que forman nuestra capacidad de análisis
para futuras decisiones. Vivir
es esto: evolucionar constantemente, aprender de cada vuelta del camino, y
sobre todo, comprender que no necesitamos perdonarnos por haber hecho lo mejor
que pudimos. Necesitamos aceptarnos, honrar ese instinto de supervivencia que
nos ha traído hasta aquí. ¡Innovemos
algo ya! Dejemos de ser jueces implacables de nuestro pasado y convirtámonos en
aliados amorosos de nuestro presente. Celebremos cada decisión como lo que
realmente fue: un acto de supervivencia, un paso hacia la evolución, un intento
valiente de alcanzar la dicha. Cuando
comprendemos que siempre hemos estado buscando lo mejor para nosotros, podemos
finalmente relajarnos y disfrutar el extraordinario camino que hemos
construido. Terapia presencial y online, con la autora de esta columna.
innovemosalgoya@gmail.com
