La carrera que nunca comenzó

DAYRA YISCEL GÓMEZ DÁVILA*
Viernes 27 de Junio de 2025 1:44 pm
La carrera que nunca comenzó DAYRA YISCEL GÓMEZ DÁVILA* CARLOS Sainz Sr. no correrá por la presidencia de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). El excampeón mundial de rallyes y múltiple ganador del Dakar decidió no presentar su candidatura ante un escenario adverso. Su renuncia no es una simple retirada: revela el peso político y estructural de una federación donde, a pesar de las controversias, el actual presidente de la misma, Mohammed Ben Sulayem tiene la pista despejada para un segundo mandato. La carta de apoyo firmada por 36 clubes miembros fue el primer gran muro que encontró Sainz. Un gesto de fuerza simbólica a favor de Mohammed Ben Sulayem, justo cuando su gestión era más cuestionada. La salida de figuras clave, las reestructuraciones polémicas, las denuncias de falta de transparencia y las decisiones autoritarias ya lo tenían bajo presión. Sin embargo, el respaldo institucional lo blindó. Carlos Sainz, realista, supo que competir contra esa maquinaria requería mucho más que prestigio deportivo. Lo dijo con franqueza: las circunstancias no eran las adecuadas. Además, reconoció que lanzarse a la campaña presidencial comprometería su preparación para el Dakar. Es una renuncia táctica, no una rendición. Pero también es una señal de que, hoy por hoy, no hay espacio real para una oposición competitiva en la FIA. Más allá del factor político, Sainz enfrentaba limitaciones estructurales. La federación ha modificado normas clave: redujo la edad máxima para postularse, amplió los plazos para registrar candidaturas y endureció los filtros de integridad. A lo anterior se suma un posible conflicto de intereses por ser padre de un piloto activo de la Fórmula 1. Todo indica que Ben Sulayem ha ajustado las reglas para asegurar el control interno. Y ese control seguirá. Con la retirada de Carlos Sainz , Ben Sulayem queda como único candidato para las elecciones del 12 de diciembre del presente año; un escenario que refuerza su autoridad, pero también debilita la percepción de transparencia. Gobernar sin oposición no es gobernar con total legitimidad. Como en la pista, competir y ganar es distinto a correr solo. McLarenz, Ferrari y pilotos como Lewis Hamilton o Toto Wolff, han tenido choques públicos con la FIA durante su gestión. La ausencia de contrapesos reales invita a pensar que los desacuerdos seguirán, y quizá se profundicen. Sainz ofrecía una opción moderada, de cambio desde dentro, con legitimidad deportiva. Ahora, su salida deja un vacío que difícilmente será llenado a tiempo. Por el momento, la FIA seguirá girando con una sola dirección. La oportunidad de una carrera abierta se ha perdido. Pero como en el automovilismo, cada decisión deja huella. Y esta, sin duda, lo hará. Lo que se juega aquí no es solo una silla, sino el rumbo institucional de un deporte que exige transparencia, evolución y control equilibrado. *Periodista deportiva