Rosa Parks: su lucha

ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA
por los derechos raciales
Martes 01 de Julio de 2025 9:59 am
Rosa
Parks: su lucha por
los derechos raciales ROSA
EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA HOY
día, cuando la sociedad estadounidense y los países latinoamericanos (principalmente)
estamos padeciendo a un Donald Trump recargado en sus acciones de racismo, xenofobia
y violación a los derechos humanos, evidenciándose como una persona ignorante
de la historia de su país, donde las luchas por la reivindicación de los
derechos civiles de negros, blancos y migrantes, han sentado las bases para una
vida más en libertad; se hace necesario recordar a una mujer que, gracias a su
osadía al no cederle el asiento del autobús a un hombre blanco, fue arrestada y
obligada a pagar una multa, siendo el parteaguas de un camino que siguió hacia
las libertades sociales, donde ella fue una de las protagonistas principales. Me
refiero a Rosa Parks. Rosa
Louise McCauley, era su nombre de pila, nació en Alabama el 4 de febrero de
1913. Su madre era maestra de profesión, y su padre, carpintero. Pronto tuvo
que enfrentarse a la soledad, pues sus padres se separaron cuando ella era una
niña, y su madre tuvo que regresarse a vivir con sus padres; una granja lejos
de la ciudad; lo que obligó a Rosa a abandonar sus estudios en la ciudad y
continuarlos en una escuela rural cerca de sus abuelos. Sin embargo, igual los suspendió
debido a la enfermedad de sus abuelos, pues ella se hizo cargo de las labores
tanto del hogar como de cuidado. Fue
en esa escuela donde adquirió conciencia de la discriminación a la que se
enfrentaba: el autobús solo transportaba a niños y niñas blancas. Ella y sus
compañeros negros tenían que ir a pie. También
fue testigo de varios eventos racistas que protagonizaron miembros del Ku Kux
Klan, organización terrorista que atemorizaba y perseguia a negros, negras y
algunos blancos que luchaban por mejores condiciones de vida.
Desafortunadamente, este grupo sigue existiendo, aunque sus apariciones son
esporádicas. No dudemos que el actual presidente estadounidense lo regrese a la
vida activa para reforzar su lucha antimigratoria. En
1932, Rosa se casó con un peluquero de apellido Parks, de quien adoptó el
apellido, según las leyes norteamericanas. Esta persona también contaba en su
haber con episodios de lucha que la motivaron a continuar con los estudios que
había truncado y terminarlos, situación sumamente extraña para una época en
donde las mujeres, cuando mucho, aprendían a leer y escribir, para
posteriormente dedicarse al hogar. Ella
terminó sus estudios y se incorporó a las filas del Movimiento Nacional por el Avance
de las Personas de Color (NAACP), donde fue elegida como secretaria en Montgomery,
su lugar de residencia. El
episodio del autobús y la detención convirtieron a Rosa en un símbolo de lucha,
llamando la atención de un pastor bautista de nombre Martin Luther King, quien,
junto con ella y otras personas cansadas de tanta represión, emprendieron una
lucha para eliminar la norma que contemplaba la segregación racial, y que todo
mundo tuviera acceso al uso del transporte público como un derecho. El problema
racial no era solamente de tipo social, sino que estaba sustentado por leyes y
normas en todos los estados de la Unión Americana. Unas
estrategias de presión que dieron buen resultado a Martin Luther King y
seguidores, fue que todas las personas de color usaran transporte propio u
organizándose entre ellas. Como consecuencia, el transporte público estaba
siendo innecesario, y las autoridades decidieron terminar con la segregación
racial en los autobuses, situación que aprovecharon quienes dirigían estas
luchas para seguir presionando hacia otras reivindicaciones igualmente
sentidas.
Rosa
Parks murió el 24 de octubre de 2005, a la edad de 92 años, debido a un infarto
al miocardio. Se encontraba viviendo en un hogar de retiro desde hacía varios
años. El 30 de octubre del mismo año, sus restos fueron honrados en la Rotonda
del Capitolio, convirtiéndose en la primera mujer y la segunda persona
afroamericana en recibir este honor.