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Ser joven y no morir en el intento



ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA


Martes 15 de Julio de 2025 9:46 am


Ser joven y no

morir en el intento

 

ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA

HOY se celebra el Dia Mundial de las Habilidades de la Juventud, fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es “resaltar la importancia de dotar a los jóvenes con las habilidades necesarias que les permitan desenvolverse en un mundo laboral en constante cambio. Esta celebración no solamente busca crear conciencia sobre la necesidad de la educación y la formación, sino promover el desarrollo sostenible y el empoderamiento juvenil”.

La intención es loable, y bueno, es función de la ONU otorgar este tipo de fechas conmemorativas, aunque las realidades las superan y con creces. ¿Cuál es la situación de las y los jóvenes hoy día? De incertidumbre total. El desempleo, la falta de oportunidades para terminar una carrera, sobre todo a quienes carecen de los medios necesarios; la exigencia de tener en la currícula una maestría o un doctorado para ser aceptados, cada vez se vuelve una piedra en el camino, aunque igual sucede si cuentan con todo ello.

Si bien no es un asunto totalmente ajeno al Gobierno, y este promueve alternativas para subsanarlo, la situación sigue siendo grave. ¿Qué sí hace el Gobierno? Crear programas sociales como Jóvenes Construyendo el Futuro, cuyo objetivo original ha sucumbido a los vicios de siempre; lentamente ha caído en los desánimos de cientos de jóvenes, hombres y mujeres, que ya no lo ven como una opción viable y regresan a la búsqueda incansable de siempre.

Fomenta el emprendimiento, pero no existen políticas públicas para fortalecerlo mediante la capacitación puntual por rama empresarial; y lo más importante, financiamientos acordes, con intereses blandos y que consideren años de gracia en lo que arrancan los proyectos. De ahí que existan varios factores por los que no llegan a ser una opción, y los desánimos caen de nuevo.

De nadie es ajeno el hecho de que jóvenes (hombres mayoritariamente), a falta de empleo, son presa fácil del crimen organizado. La nómina de estas redes delincuenciales se alimenta del secuestro sistemático que azota a todo el país. Eso, o delinquir por donde se pueda, principalmente robos a casa habitación, asalto a negocios o a transeúntes.

El Estado ha permitido la proliferación de escuelas privadas, aparentemente para cubrir la demanda estudiantil; sin embargo, tampoco la cubren, y menos con los altos costos en sus colegiaturas. Y qué decir de la misma Universidad de Colima, también dentro del rango del elitismo y la inaccesibilidad, pues sus cuotas son las mas caras del país.

¿Y qué no hace el Gobierno? Generar empleos con salarios dignos, suficientes y con prestaciones de ley. Los pocos trabajos que existen en la burocracia son ocupados por familiares y amigos de la nueva clase en el poder; de todo mundo es conocido el alto grado de nepotismo que existe, lo que nos lleva a la siguiente reflexión: ser joven, aun con suficientes estudios, pero sin ser pariente o amigo de algún funcionario en turno, lleva a subemplearte en ciertos tipos de negocio, cuando mucho con el salario mínimo y sin prestaciones.

No se les inyecta inversión a proyectos de alto impacto, como industrias o iniciativas que puedan generar empleos a jóvenes recién egresados de distintas carreras que pueden aportan conocimientos en tecnologías de punta, pensando en el avance y crecimiento de nuestro estado. De ahí que la migración, o la llamada “fuga de cerebros”, se siga considerando como otra opción viable.

Según el Inegi, para el cuarto trimestre de 2024, la tasa de desempleo se presentó de la siguiente manera: jóvenes de 15 a 19 años, 8.8 por ciento; de 20 a 24 años, 6.7 por ciento, y de 25 a 29 años, 4.1 por ciento.

Así el panorama para nuestras juventudes. ¿algo a festejar? Parece que no.