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Teoría de juegos detrás de la compra de Banamex.



DAVID VILLARREAL ADALID


Martes 07 de Octubre de 2025 12:17 pm


Teoría de juegos detrás de la compra de Banamex.

DAVID VILLARREAL ADALID*

RECIENTEMENTE, Germán Larrea, el segundo hombre más acaudalado de México, anunció su intención de volver a competir por Banamex, unos días después de que Fernando Chico Pardo hiciera pública su oferta por el 25 por ciento del gigante bancario. Esto no es una coincidencia, es una jugada meditada, secuencial y calculada.

Larrea esperó a que el tablero se acomodara, para que Citi y Chico Pardo movieran sus piezas, y entonces mostrar sus cartas. Su propuesta no solo es negociación, sino una redefinición del juego: comprar la totalidad del banco o el 75 por ciento, si Chico Pardo se queda con el resto.

En un momento en el que Citi busca una salida ordenada y el Gobierno de México desea que el banco permanezca en manos nacionales, el movimiento de Germán Larrea fue tanto empresarial como político.

Vale la pena explicar, sin tecnicismos, la teoría de juegos, una rama de la economía que estudia las decisiones de personas o empresas cuando sus resultados dependen de las acciones de los demás. En este "juego" no basta tener recursos o poder, sino la capacidad de leer al rival, tantear la oportunidad y saber cuándo moverse. Un jugador no gana por tener más piezas, sino por elegir el mejor momento para ejecutar su estrategia.

Eso es lo que hizo Larrea. Prefirió observar, esperar mientras Citi tenía la ventaja, dejó que otros asumieran el costo de abrir la negociación, tanteó los tiempos políticos y la disposición del vendedor. Una vez con toda la información posible, actuó con una estocada quirúrgica pero avasalladora.

Esto se llama "juego secuencial" en la teoría: esperar a que otro jugador se defina para reconfigurar la acción propia y maximizar ganancias.

 Además, hizo lo que se conoce como “compromiso creíble”: un plan contundente que deja claro que cumple lo que promete. Con ello, Larrea demuestra sus capacidades financieras y determinación individual. Eso cambia la percepción que los demás tienen de él. Citi lo ve ahora como un comprador sólido; el gobierno, como un mexicano comprometido; y el mercado, como un empresario capaz de acelerar una operación estancada.

Germán Larrea aprovechó el vigor de Grupo México (un conglomerado empresarial altamente diversificado) y el timing perfecto. No necesitó iniciar la conversación, se sumó y se apropió de una puesta en marcha. Su propuesta no contradice la de Chico Pardo, sino que la absorbe: si este último acepta, se quedará con una parte; si no, Larrea se lleva todo el pastel. En cualquier caso, su posición es favorable.

Este movimiento, influenciado de lleno por la minimización de riesgos y maximización de beneficios, va de la mano con la naturaleza de sr. Larrea: tener un control preponderante de los sectores en los que participa, como ya sucede en la minería y transporte.

El desenlace aún está por definirse. Citi podría optar por mantener su plan original o usar la oferta de Larrea como palanca para negociar un mejor precio. El grupo empresarial es un jugador altamente experimentado y podría convertir esta situación en una ventaja estratégica si sabe aprovechar las circunstancias.

Al final, como en la NFL, cada paso redefine el tablero... el juego no se acaba hasta que se acaba.


*Presidente de la Asociación de Egresadas y Egresados de Economía UCOL

dvaeconomia@gmail.com