Ganamos la guerra

LOURDES CARRILLO BERNAL
Viernes 10 de Octubre de 2025 1:02 pm
ISRAEL ha perdido de forma estrepitosa la guerra de la
comunicación. Ellos, que se victimizan por todos los medios de comunicación que
dominan, hoy las decisiones de la élite que gobierna Israel, han tenido un
efecto devastador para el pueblo judío en el mundo. Se ha dejado expuesto, más
que nunca, a un resurgimiento virulento de antisemitismo y a la justificación
estridente en su contra. La comunidad internacional le vuelve la espalda, hasta
sus aliados tradicionales y naciones que mantenían una posición neutral. La magnitud de las decisiones de Netanyahu no solo han
creado la crisis humanitaria más relevante en muchos años, sino que ha
impulsado la inestabilidad geopolítica global y la radicalización de posiciones
extremas. Fortalece a la polarización internacional y a actores que se
alimentan del caos regional. Inesperado por los artífices de este caos, que se han
apoyado siempre en su dominio de los medios de comunicación, prensa, televisión
y mucha publicidad maniquea, y hasta la industria cinematográfica, que dictaban
lo que debíamos creer. Hoy se encuentran derrotados en el que consideraban su
terreno, cuando desde la palma de la mano y a través de un teléfono celular nos
enteramos de inmediato de la realidad de un genocidio en el pueblo palestino.
Así, la inmediatez de la tecnología ha convertido a cada ciudadano en un
testigo presencial de la crisis humanitaria. Gaza es el epicentro moral de las protestas globales, el
crisol donde se mide la sensibilidad y la indignación ante la injusticia de
escala masiva. El genocidio, las imágenes de destrucción y la pérdida de vidas
inocentes sembrarán en generaciones enteras de palestinos un odio alimentado
por el ensañamiento y el despojo. Una carga que el pueblo de Israel deberá
soportar por las próximas décadas. Esta guerra, con suerte, podría conocer una tregua
temporal, pero que, por su esencia y las heridas abiertas en la conciencia
colectiva, sencillamente no tiene un fin previsible. Este genocidio delata
también la irrelevancia de las instituciones creadas en la posguerra para
evitar invasiones, holocaustos y la escalada de todos los conflictos. Se ha
mostrado la impunidad de dos naciones sobre el resto del mundo: EU e Israel. El
repudio hacia ambos es notorio y justificado. Estaremos alertas ante las acciones de estos dos países
para negar lo que hemos visto y juzgado. Están acostumbrados a moldear las
verdades a su antojo. La esperanza del despertar de las juventudes del mundo
entero nos alienta. La falta de valor y humanidad de los gobernantes de las
naciones que, hasta hoy, dos años después de iniciado el genocidio, pretenden
coincidir con la voluntad de sus pueblos, es decepcionante. La guerra de la
comunicación la hemos ganado. El reconocimiento mundial a Palestina constituye una
derrota diplomática mayúscula para los israelíes y se refrenda la exigencia
para que intervenga la convención de la ONU sobre genocidio. Se espera que los
socios comerciales de Israel interrumpan sus intercambios y retiren las
embajadas de Israel. El plan D está en marcha. Israel promete “terminar el
trabajo”; pretenden Israel y EU repartirse la Franja de Gaza, enviar a los más
de dos millones de palestinos a otros países, pero la presión mundial es fundamental
para poner freno al régimen genocida, admitir la existencia de un Estado
palestino en la totalidad de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental, nada
menos.
*Ex presidenta de la ACPE