La verdadera transformación es interna

RUTH HOLTZ*
Viernes 10 de Octubre de 2025 12:54 pm
LO más común es que la gente acuda a una psicoterapia
cuando ya llegó a una situación límite, vino una crisis en su vida o ya se
dejaron ver las consecuencias de sus procesos internos en su vida cotidiana, en
sus relaciones, en sus actividades y en su salud. Es frecuente que las personas quieran recobrar su
estabilidad, su bienestar o su estado cotidiano de vivir sin un cambio profundo
y radical. Se necesita una necesidad más grande que cambiar solo en lo que
manifestamos hacia afuera. La verdadera transformación es interna. No se trata
de controlar la depresión, sino de conocer, sentir, asimilar, comprender,
digerir y tomar las decisiones pertinentes frente a las causas de dicha
depresión. Toda crisis debería ser una profunda examinación de la estructura mental,
emocional, física y bioenergética donde venía a asentarse nuestra vida diaria.
Se trata de conocer por qué soy así, desde cuándo, para qué, y si ahora me
sirve, me estorba o fue lo que me llevó a las situaciones dolorosas y/o
conflictivas que ahora vivo. El conocimiento profundo de uno mismo es indispensable para
vivir una vida libre de las cadenas del pasado, de las situaciones que hemos
dejado sin concluir y de lo que hemos hecho a un lado por miedo. Todo lo que
somos debemos enfrentarlo y decidir finalmente qué queremos ser y qué no.
Necesitamos revalorarlo todo. No podemos ir con creencias prestadas, con
compromisos de amor generados por un trato que ya no es vigente en otra época
de nuestra vida. No siempre podremos estar imitando a los que nos amaron; un
día debemos ir solos y desnudos, imitándonos a nosotros mismos. Buscar nuestro
ser auténtico. La psicoterapia es una parte del viaje para conocer nuestro
interior. En la psicoterapia iniciamos el viaje al interior no por un
deseo de conocernos y reformarnos, sino porque queremos averiguar por qué
sufrimos y cómo dejar de hacerlo. Es la crisis, esa situación que nos sacó de
ese balance, acaso mediocre, acaso insatisfactorio, acaso inauténtico. Lo
importante es ir más allá del sufrimiento y crecer. Por eso, en esta
psicoterapia nos enfocamos en el crecimiento emocional como la puerta más
directa para penetrar en nuestro interior. Pero la exploración puede ser más profunda
que solo desatar el nudo de un trauma o desarticular un patrón inconsciente
para que el pasado nos deje de perseguir, para que podamos dejar atrás lo que
no pudo ser, lo que nos dolió, lo que amamos y no pudimos recuperar. Se trata
de una exploración que, si va más allá, cuestiona lo que pensamos de nosotros
mismos, de la vida, lo que queremos, sin ser solamente empujados por el amor. En la psicoterapia comenzamos por lo que nos duele, por lo
que nos sentimos víctimas. Luego conocemos cómo nuestras emociones se enferman
por ignorarlas, y aprendemos a escucharlas, a comprenderlas, a dejar que se
expresen y a decidirnos a compartirlas con amor y sinceridad. Entendemos lo que
la vida, que nos obligamos a vivir, nos lastimó, nos tensó y cambió nuestra
esencia. Tratamos de regresar a ese punto en el que todo está en un cambiante
equilibrio que fluctúa sin perder estabilidad. Revaloramos nuestras creencias,
nos deshacemos de lo que no fue nuestra decisión y que aceptamos por amor, por
miedo o porque eso era lo único que conocimos. La psicoterapia es un acto de valentía para desprendernos
de nuestra armadura y mirar nuestro ser interior sin ningún tipo de engaño. Las
teorías que coadyuvan con ese proceso son las nacidas del psicoanálisis
freudiano, kleiniano, bioniano, para explorar nuestro inconsciente. Las
técnicas para modificar nuestra estructura son las provenientes de la
psicoterapia reichiana, el análisis bioenergético y la expresión emocional que
involucran al cuerpo como el vehículo fundamental de expresión y manifestación
de nuestro ser interno. La verdadera transformación toca el corazón, explora
nuestra alma, nuestros sueños y nuestros más profundos amores y temores. Y si
queremos cambiar, encontramos cómo y, muchas veces, lo que en realidad pasa es
que dejamos de ser lo que no somos, pues descubrimos que el verdadero cambio es
dejar de ser lo que no éramos y comenzamos a fluir en nuestra esencia, nuestro
ser interno. * Psicoterapeuta
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