Datos, no relatos sobre CRIT Teletón en Colima

VIRIDIANA VALENCIA*
Lunes 13 de Octubre de 2025 8:04 am
Datos, no relatos sobre CRIT
Teletón en Colima VIRIDIANA VALENCIA* EN la boca de algunos opositores a la
transformación de Colima, los números suelen parecer excesos cuando no
alcanzamos a ver los rostros detrás de ellos. “Cuarenta y un millones para el Teletón”,
dicen algunos, como si los millones fueran el problema y no la historia que
representan: la desventaja histórica y estructural de una vida que debe luchar
el doble o triple para salir adelante. Detrás de la cifra que ha escandalizado a uno que
otro sorprendido, lo que invertirá el Gobierno del Estado en apoyar la
rehabilitación de niñas, niños y la atención de adultos es cinco millones de
pesos menor que lo destinado al financiamiento público de los partidos
políticos en Colima. De ese tamaño es la hipocresía del PRI-Naranja en la
entidad. Pero vayamos más profundo: si se divide el monto de
41 millones de pesos entre los 800 niños, niñas y jóvenes que el CRIT podría
atender, de lunes a sábado, la inversión resulta en 218 pesos por persona al
día. Por esa cantidad, cada paciente recibe atención médica, terapia física,
rehabilitación y acompañamiento emocional. Y al final del día, 41 millones de
pesos al año no parecen un lujo, sino una respuesta humanista a las necesidades
de quienes viven en desventaja. Para nosotros, apoyar el Teletón implica una
respuesta pública de congruencia: el gobierno de Indira Vizcaíno ya había sido
el primero en el cual se hizo universal la pensión para personas con
discapacidad. Por eso, es natural y coherente la decisión de financiar su
operación desde el gobierno estatal. Porque no, no es un capricho: es un acto
responsable ante una realidad que duele, la de cientos de familias que, sin ese
centro, quedarían fuera del derecho a la rehabilitación, a la movilidad, al
futuro. En un país donde tanto se confunde el gasto con el
despilfarro, vale la pena recordar que el dinero público solo adquiere sentido
cuando regresa al pueblo en forma de dignidad. El bienestar también se mide en
pasos recuperados, en abrazos posibles, en sonrisas de alguien que pudo retomar
la esperanza. Así que no, 41 millones no son muchos. Son apenas
la medida justa de una política que apuesta por lo que debería ser obvio: que
el bienestar no se negocia, no se discute en medios, ni debería politizarse, por
el contrario, se garantiza desde el Estado. Porque, en el fondo, la verdadera pobreza no está
en los números, sino en la indiferencia. Y esa es la medida de quienes hoy lo
cuestionan. Nos seguimos leyendo.
*Secretaria
de Bienestar, Inclusión Social y Mujeres del Gobierno del Estado de Colima