NOTORIAS DEFICIENCIAS

EDITORIAL
Jueves 16 de Octubre de 2025 8:38 am
CONSTANTES atrasos en las nóminas no son fallas administrativas simples; reflejan falta de compromiso para con los trabajadores. Que el mal aqueje de manera constante al Ayuntamiento de Colima, al grado de que el tema se tenga que hacer público en redes sociales, sumado a posibles manifestaciones, dice mucho sobre la manera en la que se administran los recursos en la capital. La acusación por parte del sindicato contra el alcalde Riult Rivera no es reciente; hace 2 meses, se señaló públicamente la falta de responsabilidad por parte de la Tesorería municipal, lo que ya evidenciaba una gestión con escaso control de sus prioridades más básicas. Que los trabajadores de la administración municipal exijan el salario en tiempo y forma no es un favor ni caridad, es un derecho constitucional. El salario justo y puntual es la primera obligación patronal. La Tesorería, al parecer, agotó el presupuesto de nóminas y recurrió a mover fondos etiquetados de otros rubros para medio cubrir la deficiencia, es decir, a esto se suma la negligencia de no proveer las herramientas necesarias, dejando a empleados de servicios públicos inoperantes. El sindicato advirtió sobre medidas de presión y legales, y con razón. La administración capitalina tiene la encomienda de garantizar un salario justo en tiempo y forma. De lo contrario, da una imagen opuesta a un gobierno de servicio, al violar los derechos básicos de quienes trabajan al servicio de la capital. Una administración exitosa también se mide por la capacidad de cumplir lo fundamental: un salario digno y puntual, no por cantidad de eventos que se organicen en el municipio.