Militarizar no es proteger: es debilitar a México
JULIA LICET JIMÉNEZ ANGULO
Lunes 27 de Octubre de 2025 1:08 pm
LA semana pasada, desde la
Cámara de Diputados, voté en contra de la nueva Ley Orgánica de la Armada de
México porque representa un paso más hacia la militarización de la vida civil:
un retroceso que pone en riesgo los derechos humanos, el equilibrio
institucional y la seguridad democrática de nuestro país. El Ejecutivo Federal presentó
esta iniciativa el 6 de octubre de 2025, buscando abrogar la ley aprobada en
2021 (que el PAN también rechazó) y reemplazarla con un marco legal que otorga
aún más poder a las Fuerzas Armadas. Bajo el discurso de fortalecer la
seguridad nacional, se esconden disposiciones que diluyen los límites
constitucionales entre lo civil y lo militar y que debilitan la rendición de
cuentas. Esta nueva ley permite que la
Armada vigile aeropuertos, administre instalaciones estratégicas, maneje
información digital y opere inteligencia artificial sin supervisión civil ni
control judicial. Además, autoriza dar de baja a elementos sin un proceso previo,
abriendo la puerta a decisiones arbitrarias. Peor aún, elimina toda referencia
explícita al respeto a los derechos humanos. Este cambio no es menor: significa
borrar un candado legal que protegía tanto a los ciudadanos como a los propios
elementos de la institución. Con esta ley, los militares
podrían intervenir en aeropuertos, refinerías o puertos sin la presencia de
autoridades civiles. También podrían acceder a información digital y usar
inteligencia artificial sin límites definidos, lo que representa un riesgo para
la privacidad y la libertad de los mexicanos. En otras palabras, se entrega
poder sin contrapesos y se normaliza que las tareas civiles sean asumidas por
mandos armados. Acción Nacional ha sido
claro: las Fuerzas Armadas son fundamentales para proteger a la nación, pero su
papel no debe confundirse con el de gobernar. Nuestro voto en contra no es un
rechazo a la Marina ni al Ejército, sino una defensa de la legalidad, de la
transparencia y de los derechos humanos. Nos oponemos a que el gobierno utilice
a las instituciones armadas como instrumento político o como medio para
concentrar el poder. Cada vez que se borra la
frontera entre lo civil y lo militar, la democracia se debilita. No podemos
permitir que la vigilancia, la seguridad o la inteligencia digital queden fuera
del escrutinio ciudadano. Los militares en los cuarteles, los civiles en el
gobierno: esa es la base de un país libre, justo y en paz. Desde Acción Nacional
defenderemos siempre un principio innegociable: México necesita instituciones
fuertes, no dependencias sometidas al uniforme. Militarizar no es proteger; es
ceder libertades. Y mientras algunos buscan centralizar el poder, nosotros seguiremos
defendiendo la ley, la dignidad y la libertad de todas las familias mexicanas.
*Diputada Federal y Presidenta Estatal del CDE
del PAN
