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El Bloqueo



ROGELIO SALAZAR BORJAS*


Miércoles 29 de Octubre de 2025 1:03 pm


Pocas razones habían existido en el régimen de la 4T para manifestarse públicamente, en el entendido de que, salvo las del INE, la del 8M y una marcha que le recordó a su progenitora al senador Fernando Noroña, no se habían detectado movilizaciones sociales, salvo escaramuzas de propósitos políticos o meramente de ese carácter.

Pero el año pasado se concitaron bloqueos del autotransporte de carga, básicamente por motivos de inseguridad en las carreteras, principalmente en las del centro del país, por lo que cerraron los accesos a la CDMX.

Hace quince días se comenzaron a realizar bloqueos aislados en diversos puntos carreteros de México; en Guadalajara se llevó a cabo en el kilómetro 40, a la altura del macrolibramiento sur de esa zona metropolitana.

Sin embargo, el pasado lunes 27 de octubre se organizaron los campesinos de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) para que, en veinte estados del país, se realizaran bloqueos carreteros, principalmente en el Bajío y centro de la República Mexicana.

Esta acción fue motivada por los precios de garantía de los cereales de maíz y sorgo, principalmente; pero, sobre todo, por la falta de una política agropecuaria hacia los productores mexicanos, en donde el Estado mexicano poco o nada ha realizado en esa materia.

El nudo toral de esta rebelión agrícola estriba en el precio por tonelada que la UNTA propone, que es de siete mil doscientos pesos al maíz y al sorgo, cuando el gobierno propone un tope de seis mil cincuenta pesos.

Pero existe otra demanda, que es por parte de los productores, y consiste en que ambos cereales se sustraigan del T-MEC en las próximas rondas de revisión de ese acuerdo con América del Norte.

Como la respuesta del gobierno fue un tibio y endeble argumento, a través del secretario de Agricultura, Julio Berdegué Sacristán, en donde, a falta de un consenso entre industriales, gobierno de la República y estados, solo atinó a plantear un precio tope que, lejos de motivar a los manifestantes, los enervó aún más.

De esta forma, el bloqueo que se había concentrado en algunos tramos carreteros de varios estados de la República escaló a un concierto de bloqueos mayores en sitios congestionados y estratégicos.

Para los que somos de Colima, el asunto nos rebasa mayúsculamente, pues está cerrado el macrolibramiento sur de Guadalajara, el crucero de Tecomán y la autopista a Manzanillo, a la altura de El Edén. Por lo tanto, el asunto del puerto más importante de México se encuentra colapsado. De por sí, los continuos accidentes en el trayecto del puerto a Guadalajara lo hacen peligroso y tardío; ahora, con esta situación, nuestra realidad se torna más compleja.

Las pérdidas económicas de las empresas importadoras y exportadoras que usan a Manzanillo como su plataforma logística comercial (que, de por sí, han sido constantes desde el relevo de mando de la aduana) ascienden a millones de dólares por día.

Son casetas, carreteras, autopistas y, en algunos casos, pasos del tren en Guanajuato. ¿Qué seguirá? Mientras tanto, los secretarios de Gobernación, Economía y Agricultura esperan señales de la presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum, quien ha comentado que se reunirá hasta mañana jueves con una comisión de campesinos para dialogar con ellos.

Por lo pronto, los servicios de emergencia (como patrullas, ambulancias, Protección Civil y Ángeles Verdes) tienen paso libre en las barricadas de tractores y camionetas. Aspiro a una pronta negociación y a que los colimenses y mexicanos nos liberen los caminos, que ya de por sí tenemos constantemente cerrados.

 

*Miembro consultivo del Colegio de Economistas de Colima AC