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RAZONES



JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

Narco, contrabando, corrupción


Jueves 30 de Octubre de 2025 1:32 pm


EL combate al narcotráfico es otro tema donde la relación con EU se asegura que avanza con solidez, cuando en realidad estamos en un terreno muy volátil.

Es verdad que hemos tenido avances importantes y que se reemplazó la estrategia de abrazos y no balazos por una política de confrontación mucho más directa: más de 30 mil detenidos y 1500 laboratorios decomisados lo demuestran, con una afectación de cientos, quizá miles, de millones de dólares a los grupos criminales.

La concentración militar en el Caribe, frente a las costas de Venezuela, demuestra que se busca dar un golpe frontal al crimen organizado y, de paso (o al revés) acabar con la dictadura de Nicolás Maduro. Las presiones al mandatario colombiano Gustavo Petro son el preámbulo de un cambio de poder en ese país que, a su vez, es imprescindible en la estrategia estadounidense para que Colombia no sirva de base de sustento a los grupos criminales y políticos que se apoyan en el régimen de Maduro, cuando este salga, como sea, del poder. Los ataques a las lanchas con drogas, tanto en el Caribe como en el Pacífico, son el primer paso de una estrategia mucho más dura.

México podrá argumentar que es preferible mantener un mecanismo de colaboración para que las lanchas, su carga y sus conductores sean capturados, pero no será así: la determinación de Trump es endurecer todo el proceso, porque el mecanismo tradicional, usado durante años en intercepciones aéreas y marítimas, parece haber sido ampliamente rebasado. Y no termina ahí el desafío: Trump ya autorizó que se tomen acciones similares, no solo en el mar, sino también en tierra, lo que llevará la confrontación a otro nivel.

Decir que México no está de acuerdo con los ataques a las lanchas del narcotráfico no significa nada en términos reales, más aún cuando se mantiene una actitud contemplativa y de virtual apoyo tanto a Maduro como a Petro. Surge la pregunta: ¿qué pasará cuando las medidas escalen y comiencen a atacarse objetivos en tierra? La verdad es que no tenemos respuesta, porque a la estrategia de seguridad le falta un componente central: golpear a los cómplices políticos de los entramados criminales.

Ocurre con el narcotráfico, pero también con el contrabando de combustibles y con la corrupción. ¿Por qué se detuvo la investigación sobre contrabando de combustibles descubierta hace meses, que involucra a altos mandos de la Marina del sexenio pasado? ¿Por qué no hay más detenidos o procesados? ¿Por qué no se ha llamado siquiera a declarar al exsecretario de Marina, Rafael Ojeda? La investigación avanza hacia abajo, hacia implicados de menor nivel, aunque ahora ha llegado al grupo financiero Vector, propiedad del empresario y exjefe de oficina de López Obrador, Alfonso Romo, empresa denunciada por la administración Trump junto con CiBanco e Intercam, acabando con los tres.

Lo ocurre con los casos de corrupción: no pasa un día sin que estalle alguno, evidenciando incluso divisiones internas del oficialismo. Hay temor, indecisión y vaya usted a saber qué, pero no se toca a nadie de la 4T, sea cual sea la denuncia en su contra.