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El presupuesto 2026; su impacto en la economía nacional



ROGELIO SALAZAR BORJAS*


Jueves 06 de Noviembre de 2025 1:34 pm



EN la semana que pasó, fue aprobado el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2026, que ascendió a un total de 10.19 billones de pesos, lo que representa un incremento del 5.9 por ciento respecto al aprobado en el presente año 2025.

De la generalidad de los presupuestos ordinarios, en éste destacan algunas asignaciones que tendríamos que abordar con un sentido previsto por el efecto multiplicador de la economía en su conjunto, o también por un efecto reductor de la misma.

Por ejemplo, el gasto en Pemex será de más de medio billón de pesos, lo que representa un aumento real del 8 por ciento, generando un techo importante para las maltrechas finanzas de la paraestatal, que aún no puede alzar el vuelo en este periodo conocido por el cuatroteísmo.

Medio sureste se encuentra paralizado por las deudas de la petrolera con las empresas proveedoras de todo tamaño en esa región de México, por lo que el presupuesto para este próximo año sin duda representará un respiro y un detonante para la actividad petrolífera empresarial. Creo que eso es lo positivo de este presupuesto

Otro aspecto de efecto social positivo es el fortalecimiento al gasto en salud. Esta administración le está apostando al esquema IMSS-Bienestar, que, a reserva de ser un modelo aún transitorio, ha recibido para el sector en su conjunto fondos por casi un billón de pesos en el siguiente año, lo que representaría una medida de resarcimiento a la atención sanitaria de los mexicanos, una asignatura pendiente en este régimen que prometió tener un sistema de salud como el de los países nórdicos, concretamente como el de Dinamarca.

Lo negativo del mismo es que, para el pago de deuda, se solicitaron 1.8 billones de pesos, lo que representa casi el 20 por ciento para este concepto. Ojo: no es amortización o disminución, es el pago de intereses solamente por la nueva contratación, por lo que es un golpe a las finanzas públicas federales, mismas que se ven comprometidas en el corto plazo.

Otro rasgo negativo, o que por lo menos manda una señal de poco aliento, es la reducción al presupuesto en seguridad pública. Las condiciones de este flagelo, y pese a que han presentado una reducción en las cifras oficiales de la frecuencia de delitos, siguen siendo descomunales.

En lo que significa el planteamiento de los criterios generales de la economía para el siguiente 2026, y que se plantean inicialmente en el documento aprobado por la Cámara de Senadores y Diputados, yo visualizo particularmente un exceso de optimismo en la determinación de algunos indicadores. Principalmente en el crecimiento del PIB, es decir, la Secretaría de Hacienda determinó un pronóstico de entre 1.8 y 2.8 por ciento, mientras que la autoridad monetaria, que es el Banco de México, lo estima de manera puntual en 1.4 por ciento. Es decir, ligeramente debajo del piso oficial, pero muy lejos del techo del mismo. En lo personal, creo que Banxico tiene un mejor análisis que la autoridad hacendaria, misma que, por cierto, enfrenta una huelga de sus trabajadores.

Así las cosas, el PEF 2026 traerá más retos que oportunidades en la economía nacional. Es posible que el sureste sea la región más beneficiada por la inversión en Pemex, salud, Tren Maya y subsidios sociales. Creo que el resto del país se seguirá sosteniendo en capítulos de inversión privada y con un mejoramiento en salud por parte del Estado, así como por las remesas y el turismo.

Por lo tanto, tendremos un presupuesto que tratará de atender subsidios, Pemex y el sector salud. El resto, seguramente, enfrentará niveles básicos de asignación y algunas dificultades en materia de infraestructura y seguridad pública.

 

*Miembro consultivo del Colegio de Economistas de Colima AC