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CUESTIÓN DE CONCIENCIA



ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA


Martes 11 de Noviembre de 2025 8:37 am


 

 

LA conciencia es un ente complejo y difícil, que abarca varias dimensiones de la vida humana. Una teoría nos dice que “es la capacidad de las personas para experimentar y reflexionar sobre su propia existencia, pensamientos, sentimientos y su entorno”.

Como concepto, la podemos dividir en dos categorías: la conciencia fenomenal, que se refiere básicamente a las experiencias subjetivas; y la conciencia de acceso, que está estrechamente ligada con la capacidad de utilizar la experiencia en procesos de tipo cognitivo y la toma de decisiones.

De igual manera, en la mayoría de las religiones (no digamos en la judeocristiana) la conciencia se vincula con la moralidad, como catalizador para evaluar acciones y sus consecuencias de acuerdo con principios éticos.

Según la teoría de Constelaciones Familiares, terapia de enfoque sistémico, existen cuatro niveles de conciencia: la universal, que dicta las normas de comportamiento de todo ser humano que habita el planeta; la social, que implica reconocer realidades y necesidades del entorno comunitario, desarrollar una sensibilidad hacia los desafíos que enfrentamos y procurar su solución; la familiar, que se construye a través de las herencias sociales y de nuestros ancestros, cuya práctica nos somete a revisiones constantes y contradicciones con lo personal; y la individual, que es la suma de todas. Sin embargo, cada persona, a libre albedrío, va construyendo su propia conciencia, quedándose con la que genuinamente se acomoda a su propia ética y moral.

A modo de ejemplo, una de las apuestas del Partido Morena para formar sus propios cuadros políticos fue implementar un programa de capacitación con el eslogan “la revolución de las conciencias”. Para ello, creó un Instituto de Formación Política, cuyo objetivo era (o es todavía) capacitar o instruir a sus afiliados, afiliadas y simpatizantes sobre todo lo relacionado con el funcionamiento del partido, incluidos sus documentos básicos. Las modalidades han sido varias: o bien viajan a las entidades federativas donde, en lo local, les agrupan a los elegidos para recibir la capacitación, o bien tienen que viajar a la CDMX a recibirla. Considero que es un tanto exagerado, fuera de contexto y utópico el eslogan utilizado por el partido Morena, toda vez que una revolución de las conciencias no se da por instrucción o capacitación.

Como lo vimos anteriormente, los procesos para una apertura a una conciencia social son diferentes, complejos y tienen un origen de clase, de ahí que lo fundamental que va implícito en ello es la experiencia humana que nos permite navegar por situaciones y espacios de forma reflexiva y, sobre todo, ética. Horadar una conciencia anteponiendo intereses personales o grupales no funciona, y los propósitos o estructuras que se construyen sobre esa base definitivamente se derrumban.

Un ejemplo claro de cómo se genera y construye una conciencia social es lo que nuestro país está viviendo con el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo. Él bajó de su pedestal y, junto con el pueblo, generó una confianza y empatía que en muchos años no se ha visto en nuestro país hacia un funcionario público. La conciencia está estrechamente relacionada con la empatía, que es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás. Esta conexión es fundamental para la moralidad, ya que nos motiva a actuar de manera compasiva y a considerar el bienestar de los demás en nuestras decisiones.

A través de la empatía y reflexión, la conciencia no solo ayuda a tomar decisiones morales, sino que también contribuye al desarrollo de una sociedad más justa y compasiva. Desde Uruapan, encarnada en Carlos Manzo, no solo se despertó, sino que se diseminó por todo el país una conciencia a través de su eslogan: “ya despertó el tigre”.