La generación que despertó a México
BETZAIDA PINZÓN CARRETO*
Lunes 17 de Noviembre de 2025 12:00 pm
Dicen que ser joven y no ser revolucionario es una contradicción casi biológica. Y el sábado 15 de noviembre esa idea se hizo realidad cuando miles de jóvenes de la generación Z tomaron las calles de la Ciudad de México y de todo el país para exigir lo que el gobierno de Morena les ha negado: seguridad, oportunidades y un futuro posible. Salieron hartos de las promesas incumplidas y del miedo que se vive en los 32 estados. Salieron porque los asesinatos, como el del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y tantos más, muestran la incapacidad del Estado para proteger a su gente. Desde el primer momento, la presidenta Claudia Sheinbaum intentó desacreditar la marcha con la misma narrativa de siempre: que era una movilización financiada por la derecha, promovida por enemigos invisibles y manipulada para dañar su imagen. Incluso aseguró que era fomentada por bots en redes. El tamaño de la participación la desmintió por completo. En la Ciudad de México, la respuesta del gobierno capitalino fue alarmante. Un grupo retiró parte de las vallas de Palacio Nacional y, sin provocación real, la policía respondió con gas lacrimógeno, como si la ciudadanía fuera el enemigo. Las amenazas del gobierno federal de “investigar” a quienes protesten revelan el miedo que le tienen a una sociedad que ya no les cree. En Colima, la fuerza del movimiento se sintió con la misma intensidad. Jóvenes marcharon acompañados por sus familias: padres, madres, abuelos, hermanos, hermanas y amigos que salieron a respaldar una causa legítima. Las calles del centro retumbaron con un grito que no puede ignorarse: “¡Fuera Indira!, ¡fuera Indira!… No fue odio; fue el reclamo de miles de ciudadanos cansados de la inseguridad, la falta de medicamentos, la ausencia de oportunidades y el abandono institucional. Como era de esperarse, Morena respondió defendiendo a sus gobiernos en lugar de reflexionar sobre sus errores. Gobernadoras y Gobernadores, así como dirigentes y funcionarios de Morena, se apresuraron a condenar “provocaciones”, pero nunca condenan la violencia que desangra al país. No marchan contra la impunidad ni alzan la voz por quienes no tienen medicamentos, seguridad o justicia; solo reaccionan cuando se cuestiona su poder. Años repitieron que “el pueblo bueno es sabio”. Hoy ese pueblo se les revela. Hoy la gente se organiza y recuerda que en una democracia, la ciudadanía manda y el gobierno obedece. No podemos guardar silencio ante un gobierno que actúa de manera autoritaria. Debemos respaldar el reclamo de los jóvenes que exigen un México mejor. La respuesta del gobierno de Morena fue lamentable: violentaron a jóvenes que solo quieren un país en paz. Los golpearon porque les tienen miedo. Porque saben que la fuerza de un pueblo organizado es más poderosa que cualquier régimen autoritario. Los gobiernos de Morena lo han demostrado: a los jóvenes los enfrentan con violencia; a los delincuentes los abrazan. Y ante ese abandono, la generación Z decidió levantarse. Cuando una generación se levanta, un país entero despierta. *Diputada Local y Secretaria General del PRI Colima
