INDICADOR POLÍTICO
CARLOS RAMÍREZ
De la 4Tpara la 4T: hay tiro
Jueves 20 de Noviembre de 2025 1:42 pm
EN medio del discurso uniforme de los
funcionarios vinculados abiertamente no solo con el Gobierno de la presidenta
Sheinbaum Pardo, sino con el proyecto de la 4T que sigue encabezando el
presidente emérito Andrés Manuel López Obrador, dentro de sus cuadros siguen
existiendo enfoques racionales disidentes que debieran tener una lectura
estratégica. El economista Gerardo Esquivel se forjó en
las áreas del Gobierno del Distrito Federal durante la gestión de López Obrador
y, de ahí, acompañó al líder en posiciones que tenían que ver con la política
económica. En algún momento estuvo perfilado a la gubernatura del Banco de
México, pero por su enfoque propio (aunque en la línea general de la 4T)
prefirieron mantenerlo dentro del Banco de México, pero sin la posición máxima. En su artículo del pasado lunes 17 en Milenio, a horas de realizada la
manifestación de la autodenominada Generación Z, Esquivel le dio una muy
interesante y aprovechable lectura que iba más allá del elogio o la condena. Los
tres primeros párrafos del texto de Esquivel no tienen desperdicio y se citan
textualmente para evitar interpretaciones: “¿Había razones legítimas para marchar? Sí,
la inseguridad y la violencia allí están. No son un invento. El descontento de
algunos grupos opositores con el gobierno actual también es una razón válida
para marchar y protestar. Así ha sido siempre y así debería seguirlo siendo. ¿Qué no fueron sólo jóvenes a la marcha?
Obvio, pero eso qué. En las marchas siempre confluyen distintos grupos con
distintas razones para hacerlo. Esa no debería ser ninguna justificación para
descalificar a una movilización social. A decir verdad, la marcha convocó a más
gente de la que yo hubiera anticipado. Creo que la reacción desde el poder
incluso la impulsó. La marcha originalmente convocada quizá hubiera pasado
mayormente desapercibida. La atención que recibió desde la mismísima
Presidencia le dio una importancia que muy probablemente no tenía”. La cercanía al poder le ha dado a Esquivel
una especial sensibilidad para entender la dinámica que subyace detrás de las
fórmulas de la economía. Y de manera directa, desde dentro del bloque
gobernante (aunque aún en las goteras del grupo), de alguna manera exhibe como
error el hecho de que días previos a la manifestación se haya hablado de la
marcha en el espacio centralizador de las mañaneras, lo que se convirtió en un
motor dinamizador de la atención pública y alimentó la morbosidad de muchos que
asistieron a la marcha solo porque en la mañanera dijeron que no fueran. Las opiniones finales de Esquivel sobre lo
que calificó como errores en el funcionamiento de la estrategia de seguridad pública
capitalina en la plaza (sobre todo en el Zócalo) también deben anotarse como
subrayados a tomar en cuenta, porque no todos los seguidores de la 4T responden
como bots oficiales a las líneas
discursivas centrales de los lineamientos gubernamentales, y es también de
apuntarse la referencia de Esquivel al reparto de responsabilidades: “La prudencia y madurez que le faltó al
gobierno federal, la tuvo la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. De
esta parte no hubo descalificaciones ni reclamos anticipados. Por lo mismo, el
gobierno local saldrá mejor librado de las acusaciones de intolerancia y
represión”. La alerta de Esquivel fue pública y ese es
también otro elemento para la lectura estratégica.
Política
para dummies:
la política tiene que
estar alerta de lo que se mueve debajo de los océanos y más allá de la esfera
celeste.
